jueves, 4 de marzo de 2010

UNIDAD 5

CARACTERISTICAS DEL POSCLASICO

Las sociedades del Posclásico mesoamericano siguieron desarrollándose sobre las mismas bases materiales que en tiempos anteriores. Esto quiere decir que la base de la economía siguió siendo la agricultura, sobre todo de temporal. Algunas regiones poseían mejores condiciones para el desarrollo de sistemas de irrigación que produjeran mejores resultados agrícolas, por ejemplo, en las riberas de los ríos o de los lagos. Algunas zonas con humedad baja desarrollaron también sistemas hidráulicos, con el propósito de aprovechar mejor los recursos hidrícos existentes. Por ejemplo, en Tetzcuco se construyeron acueductos que sirvieron para llevar agua desde los manantiales de la Sierra Nevada tanto a la población como a las zonas de cultivo del señorío acolhua. Obras similares se realizaron en Loma de la Coyotera, en la región oaxqueña (Rojas Rabiela, s/f: 5). Mientras tanto, en Yucatán se desarrolló un sistema de cisternas excavadas en la roca madre de la superficie, llamadas chultunes, que tenían por objetivo la recolección de agua de lluvia y su almacenamiento.
El Período Posclásico es la última etapa del desarrollo independiente de la civilización mesoamericana. Como los otros períodos de la cronología mesoamericana, el inicio de este período varía en el tiempo, aunque se suele señalar la caída de las ciudades-Estado del Epiclásico del centro de Mesoamérica como el principio del Posclásico. Sin embargo, en todas las áreas de Mesoamérica ocurrió un proceso de deterioro de las hegemonías regionales del Clásico que concluyó con el abandono de las grandes metrópolis, como Monte Albán en Oaxaca o las ciudades mayas de las Tierras Altas. Por otra parte, el Norte de Mesoamérica fue escenario de un desastre ecológico que implicó el abandono completo de esa región. Ante estos hechos, las migraciones fueron un fenómeno que marcó el inicio del Posclásico. Estos cambios sociales que marcaron a las sociedades mesoamericanas ocurrieron entre los siglos VIII y X d.C. El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda década del siglo XVI. A partir de entonces ocurrió un proceso de transculturación que remodeló las culturas indígenas y sentó las bases de las culturas mestizas de México y Centroamérica.
Antiguamente, se solía presentar al Posclásico como una época dominada por Estados bélicos; en oposición con los pacíficos Estados del Clásico. Las nuevas interpretaciones de las evidencias arqueológicas sobre varios pueblos del Clásico —es el caso de los teotihuacanos y mayas han dejado claro que la guerra también fue una actividad importante entre esas sociedades. Es especial la imagen de los mayas, a los que se solía imaginar como un pueblo gobernado por sacerdotes entregados a actividades intelectuales. En la actualidad, aunque se reconocen las diferencias entre las sociedades mesoamericanas clásicas y posclásicas, la oposición entre Estados militaristas y Estados teocráticos ha dejado de tener validez explicativa. El Posclásico es el contexto histórico en el que florecieron pueblos como los mexicas y toltecas en el Centro; los mixtecos en Oaxaca; los tarascos en el Occidente; los huastecos en el norte de la llanura del Golfo de México; los mayas en la península de Yucatán y los pipiles en América Central.

CULTURAS DEL OCCIDENTE DE MEXICO

El Occidente de México agrupa los actuales estados de Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit y Sinaloa, todos ellos integrados -con excepción de Guanajuato que se ubica justo en el centro del país- a la vertiente del Océano Pacífico, vía que debió servir durante los tiempos prehispánicos como medio de comunicación a los diversos pueblos que la atravesaban, estableciendo con ello contactos culturales con sitios y lugares a veces tan lejanos como lo son Colombia y Ecuador, en Sudamérica.
Durante la época aldeana, mejor conocida por los especialistas como el preclásico -que comprende más de 15 centurias anteriores a la era cristiana-, se desarrollaron en el Occidente de México, específicamente en el área de Michoacán y Guanajuato, varias culturas (entre ellas las llamadas culturas Capacha y Chupícuaro) que se caracterizaron por la elaboración de un arte campesino cuya expresión plástica se identifica por pequeñas esculturas modeladas en barro que representan en su mayoría a mujeres -que son, probablemente, tempranas manifestaciones del culto a la diosa madre y a los poderes del ámbito femenino de la naturaleza, muy similares a las que se producían durante esa misma época en el Altiplano Central-; así como cientos de recipientes cerámicos simétricamente decorados, donde predominan las formas geométricas.
Fue también durante aquella lejana época, que se inició entre los aldeanos la tradición de ofrendar a sus muertos con objetos que acompañaban a los cuerpos en los entierros, los que generalmente se realizaban debajo de sus casas habitación con el propósito de vincular así a los muertos con sus familiares vivos. De esta manera, la vida y la muerte se fusionaban en un círculo vital eterno.
La tradición de las Tumbas de Tiro
Ya en el transcurso de la era cristiana, desde el primer siglo y hasta finales del séptimo, ocurrió en Mesoamérica el florecimiento del mundo clásico, caracterizado por un importante desarrollo social y urbano que dio lugar al surgimiento de poderosas ciudades-estado cuyos ejemplos más conocidos son Monte Albán en Oaxaca y Teotihuacan en el Altiplano Central, así como muchas capitales del mundo Maya. Por su parte, en el Occidente de México no florecieron grandes ciudades, mas sí existieron algunos centros ceremoniales de arquitectura permanente, con presencia de basamentos piramidales, como los que aún se conservan en el Ixtépete, Jalisco, en el Chanal, Colima, o en Ixtlán del Río, Nayarit. Sin embargo, y ante la ausencia de una arquitectura monumental como la que caracterizó a otras áreas de Mesoamérica, la verdadera expresión cultural que identificó a gran parte del Occidente de México, desde Michoacán hasta Nayarit, fue la llamada "tradición de las Tumbas de Tiro".
Esta tradición se caracteriza porque en terrenos muy compactos y de gran solidez como los de tepetate, los antiguos habitantes de la región excavaron profundas tumbas con tiros de sección rectangular o circular, con una profundidad promedio de cuatro metros (aunque como excepción tenemos la descubierta en Eztalán, Jalisco, que tiene un impresionante tiro de 16 metros), en cuyo fondo, y mediante túneles de comunicación, excavaron verdaderas cámaras funerarias donde depositaban, solemnemente, los cuerpos de sus muertos acompañados de ricas ofrendas.
En el periodo clásico mesoamericano que los habitantes del Occidente, verdaderos artistas, explotaron todo su ingenio y creatividad para elaborar estas figuras de barro cocido, especialmente las de grandes dimensiones, con las que representaron hombres y mujeres en posiciones que nos reflejan muchas de las actitudes de su vida cotidiana, inclusive en poses guerreras y hasta con enfermedades copiando también, primorosamente, las plantas y los animales con que convivían.
Debemos insistir en que éste es un arte de carácter funerario pues la finalidad de quienes realizaron las obras y las depositaron en los entierros acompañando los restos de los difuntos junto con otros ornamentos y varios utensilios, era recrear la vida de éstos para que de esa manera su alma efectuara, sin contratiempo alguno, su largo viaje al reino de los muertos.
Cabe mencionar que en estas manifestaciones plásticas hay una insistencia mayor hacia el naturalismo. Esto nos indica que al no existir, en el Occidente de México, estructuras políticas de gran complejidad que impusieran imágenes, formas o estilos -como ocurriera más tarde en la época mexica-, la creatividad de los alfareros no se veía limitada, reflejándose ello en la diversidad y riqueza de sus notables figuras. Fue precisamente en la talla de estas esculturas huecas de carácter funerario, de dimensiones mayores, donde el arte del Occidente alcanzó sus niveles más excelsos, pues todas son de gran calidad técnica y cada una posee un sello y una belleza individual. En ellas podemos distinguir también estilos diferentes, según la región donde fueron descubiertas.
En Colima, por ejemplo, se elaboraron figuras de seres deformes, jorobados o enfermos en las que, con gran detalle, los artistas acentuaron las características de las diferentes problemáticas físicas de su tiempo. De Colima son también las figuras de animales que ocasionalmente son vasijas; de este conjunto, destacan por su gracia y riqueza en el detalle, los famosos perros gordos, que el maestro Diego Rivera tanto admiró y coleccionó hacia los finales de la primera mitad de nuestro siglo; ellos son hermosas representaciones del famoso xoloizcuintli o perro de los antiguos habitantes de México, que en ocasiones era también sacrificado y enterrado junto con el difunto para que le sirviera como guía por los oscuros y fríos caminos que los conducirían hacia el inframundo.
Las esculturas encontradas en Jalisco nos muestran individuos con rostros grandes y mujeres robustas que lucen orgullosas su desnudez, así como guerreros vestidos con armaduras que empuñan ferozmente sus armas manteniendo posición de ataque.
De Nayarit, específicamente de Ixtlán del Río, provienen las figuras de hombres y mujeres que se distinguen porque portan múltiples arillos de metal colgados en los lóbulos de sus orejas o bien en la nariz, como debieron de usarlos en aquella época, de la misma manera que muchas personas hoy se decoran diferentes partes de su cara y de su cuerpo con aretes.
Hacia el siglo XIII, ya en el periodo que los especialistas llaman el posclásico, ocurrieron cambios notables en la región que actualmente corresponde al estado de Michoacán, específicamente en los alrededores de la cuenca lacustre de Pátzcuaro, donde surgió y se consolidó la formación estatal, hablante de la lengua purépecha, que debió toda su fuerza y poder al militarismo que practicó: el Imperio Tarasco.
Ya para estos tiempos los tarascos dominaban, entre otras cosas, la metalurgia del oro, la plata y el cobre realizando, inclusive, las primeras aleaciones de bronce, metal con el que fabricaron tanto herramientas de trabajo como armas que debieron de contribuir para reafirmar el poder del Imperio Tarasco sobre el Occidente de México.
Este aguerrido pueblo tuvo como capital la ciudad de Tzintzuntzan, donde aún sobrevive el peculiar conjunto arquitectónico conocido como Las Yácatas; esta ciudad fue contemporánea de México-Tenochtitlan, la famosa capital del Imperio Mexica.


LOS AZTECAS Y EL ESTADO MEXICANO

El llamado Imperio azteca fue un estado que floreció en el siglo XIV en Mesoamérica. Fue encabezado por los mexicas —llamados erróneamente aztecas, un pueblo que, de acuerdo con algunos documentos históricos como la Tira de la Peregrinación, era originario de un sitio conocido como Aztlán, al que se suele ubicar fuera de los confines de Mesoamérica. Sin embargo, parece plausible que los mexicas fueran un pueblo de tradición cultural netamente mesoamericana y no los descendientes de grupos chichimecas dedicados a la cacería y la recolección.
Los mexicas y sus aliados establecieron su dominio sobre numerosos pueblos, especialmente en el centro de México, la región de Guerrero y la costa del golfo de México, así como algunas zonas de Oaxaca. Poseían además enclaves en varias posiciones estratégicas en la región de Tabasco (Xicalanco) y dominaban la ruta entre el corazón de Mesoamérica y la rica región del Xoconochco ubicada en el sur del actual estado mexicano de Chiapas que era regida directamente por los mexicas.
Es necesario aclarar que las tierras que constituyen el llamado Imperio mexica o azteca no eran dominados exclusivamente por los mexicas. Formalmente, se trataba de un conjunto de dominios de los tres estados integrantes de la Triple Alianza Texcoco, Tlacopan y México-Tenochtitlan, aunque es verdad que los mexicas de Tenochtitlan encabezaban esta confederación y fueron el estado más expansionista de los tres mencionados. Por otra parte, los mexicas nunca establecieron un dominio directo sobre los pueblos conquistados. Más exactamente, la élite gobernante de la Triple Alianza se apropiaba de la producción de las otras naciones mesoamericanas mediante la imposición de un tributo, que era fijado de acuerdo con la especialización económica y geográfica de los dominados. Los dominadores nunca impusieron su religión ni su lengua a los dominados. Aunque es cierto que los estados sometidos no tenían independencia política total, seguían gobernados por grupos locales. Sólo en algunos casos, los mexicas establecieron un control militar en ciertos puntos estratégicos de sus dominios.
El modo en que los mexicas impusieron su dominio sobre otros pueblos mesoamericanos fue diverso. Aunque se suele señalar el carácter militar de varias conquistas mexicas, también establecieron una complicada red de alianzas matrimoniales con las élites locales para asegurar la lealtad hacia el poder de México-Tenochtitlan. Tal fue el caso, por ejemplo, de los zapotecos de Tehuantepec. El dominio del estado mexica en Mesoamérica no fue total. Varios estados mesoamericanos fueron capaces de resistir el empuje de los tenochcas y sus aliados, entre ellos los popolocas de Teotitlán del Camino, los tlapanecos de Yopitzinco, el señorío de Metztitlán (norte de Hidalgo), los mixtecos de Tututepec, la confederación Tlaxcalteca y el estado tarasco de Michoacán. De sobra es conocido que los tlaxcaltecas eran enemigos acérrimos de los mexicas, que les habían impuesto la obligación de participar de la Xochiyáoyotl a cambio de su independencia. Tampoco debe dejar de mencionarse que los mexicas nunca pudieron derrotar a los tarascos, y que la presencia de este pueblo impidió la expansión de sus dominios hacia el occidente.
El fin del régimen de dominio internacional de los mexicas y sus aliados en Mesoamérica concluyó con la Conquista española de México-Tenochtitlan. En este suceso, que se suele tomar como punto final del desarrollo independiente de la civilización indígena mesoamericana, participaron no sólo los expedicionarios europeos, sino, decisivamente, sus aliados indígenas provenientes de numerosas naciones tributarias de la Triple Alianza que vieron en los recién llegados una oportunidad de poner fin al dominio tenochca.

LOS MAYAS HISTORICOS

Mientras TEOTIHUACAN florecía en México central, se desarrollaba otra importante civilización a 950 Km. al este, en las tierras bajas de Guatemala y Yucatán. Los antiguos Mayas han sido considerados como la civilización precolombina más enigmática, desde que en la década de 1840 surgieron descripciones de sus ruinas en las selvas húmedas de Mesoamérica. Los Mayas fueron la única civilización verdaderamente alfabetizada del continente Americano, pero por muchos años sus inscripciones en geográficos no pudieron ser descifrados – solo se podían leer los números y las fechas. Sin embargo, desde fines de la década de los 50 fecha en que realizaron avances importantes en el desciframiento en los jeroglíficos, se ha revolucionado nuestro entendimiento sobre la cultura e historia Maya.
El centro de cada ciudad Maya estaba compuesto por un gran complejo de edificios. El plano de estos complejos ceremoniales se estableció en los primeros días de dicha civilización alrededor del 2000 a. C. Y 300 d. C. Estos grandes centros políticos - religiosos se transformaron en verdaderas ciudades hacia comienzos de la etapa clásica de la civilización Maya (300 d. C), periodo que se caracterizó por fuertes influencias Mexicanas. Los siglos 600-800 d. C. Fueron un periodo de rigurosa expansión. La ciudad de Tikal fue reconstruida y se reconstruyeron importantes templos, palacios, plazas, y recintos de juego de pelota en Palenque, Piedras negras, Copán, Quiriguá, Naranjo, y Coba.
Las aparentemente indefensas ciudades de la civilización Maya clásica y a la aparente función puramente ceremonial de sus recintos centrales llevaron a la idealización de los Mayas como una teocracia pacifica. Sin embargo las ciudades – estados mayas de las tierras bajas no coexistían tranquilamente. Con frecuencia se encontraban en guerra en busca de tributos y cautivos destinados al sacrificio- esos sangrientos rituales se llevaban a cabo en estelas de piedra. Las agresivas ciudades – estado de los mayas estaban dirigidas por dinastías hereditarias de reyes, cuya unidad con los dioses se proclamaban en murales, esculturas e inscripciones que decoraban los edificios oficiales. Los llamados centros ceremoniales constituían, de hecho centros administrativos y religiosos de verdaderas ciudades como una población de hasta 50.000 personas.
Los artistas Mayas eran maestros en los tallados en piedra y madera, en murales y en modelado en estuco. Los alfareros no solo producían tiestos para cocinar, sino también delicadas vasijas policromadas ilustradas con escenas épicas del mundo sobrenatural, utilizadas como artículos funerarios. El jade, el material más precioso conocidos por los antiguos mayas, se comercializaban en toda la región y se tallaba y pulía para fabricar Pendientes, placas, cuentas tubulares y figuras antropomórficas. Se realizaron exquisitas laminas en pedernal y obsidiana para enterrarlas como escondite votivo (ofrendas a los dioses dejadas en un lugar sagrado). El alta nivel técnico de los artesanos, la ejemplificación del poder e ideología mayas en sus templos, palacios y ciudades y sus impresionantes logros intelectuales en cuanto a la escritura y el calendario, se combinaron para hacer de los Mayas la civilización de mayor importancia del Nuevo Mundo.
Durante el siglo IX, sobrevino la decadencia y caída de la civilización maya de las tierras bajas del sur de Yucatán. Las ciudades fueron abandonadas y la última estela conocida se origino en el 909. Se desconocen las razones de dicha caída. Pudo haber sido el resultado de problemas agrícolas debido a la sobre explotación de un ecosistema frágil, los efectos de un sistema social que conducía a disturbios internos o a la invasión extranjera. Al mismo tiempo, comenzó a florecer las ciudades ubicadas en las tierras bajas del norte, como Uxmal, Kabah, Sayil y Labna y el gran centro urbano Chichen Itza, si bien estas también decayeron luego de algunos siglos. Chichen Itza fue abandonada alrededor de 1200. Luego de un periodo de diáspora, los mayas fundaron la nueva ciudad de Mayapan, al norte de Yucatán, que sin embargo, la ciudad fue destruida durante las guerras civiles de mediados del siglo XV y, hacia la época en que se llevo a cabo el primer contacto con los españoles, en 1517, sólo quedaban en pie algunas ciudades.
Parece increíble que los mayas hayan conseguido hacer lo que hicieron. Su principio tuvo como origen una tribu selvática como un nivel cultural de cero. Al cabo del tiempo majestuosas ciudades de piedra, construidas por ellos empezaron a multiplicarse en la selva y las llanuras. Su arquitectura era tan grandiosa que el hombre blanco, al verla por primera
Vez, penso que era romana, fenicia o quizá obra de una de las tribus perdías de Israel.
Las vastas y complejas ciudades de piedra que sobresalían de la tupida vegetación, sus artefactos delicadamente elaborados, la complicada escritura jeroglífica y su precioso calendario con el que regulaban sus vidas, todo fue desarrollado dentro de los límites de la tierra en que nacieron y se extinguieron. En ese país que constituían el territorio maya, una tribu de indios que sumaban tres millones de almas, llevaron su civilización hasta la cumbre de una brillante edad de Oro..., abandonaron sus grandiosas ciudades... para empezar de nuevo en Yucatán... y luego perdieron todo, para siempre.
Víctor W. Von Hagen explora ese mundo perdido de los mayas. A través de su conocimiento intimo de la tierra, a través de la arqueología y utilizando antiguos documentos, restaura para nosotros el escenario y vida de la sociedad maya tal como fueron.
Nos describe como sus ciudades, Tikal con sus templos parecidos al zigurat mesopotanicos y chichen Itza con sus enormes patios para el juego de pelota decorados
Con intrincados relieve, fueron erigidas con el tributo en mano de obra gratuita del indio común.
Von Hagen inquiere en la vida cotidiana de los mayas: Nacimientos, matrimonio, costumbres sexuales todo lo cual estaba regulado por intrincados rituales.
Nos detalla los sorprendentes cálculos astronómicos, analiza el misterio de su escritura jeroglífica e ilustra la elevada calidad de su arte escultórico.
Desarrolla ante nuestros ojos de vida de una teocracia y los nobles que se movían en una panoplia de esplendor más grande que todo lo conocido hasta entonces en la Europa feudal.
HOMBRE, HISTORIA Y FÀBULA
Por supuesto, su nombre primitivo no fue el de los mayas.
Nadie sabe cómo se denominaban a sí mismos estos hombres, ni cual era la lengua que hablaban. En poco se conoce, por lo menos alguna certidumbre, conque nombres designaban a sus ciudades de piedra que ahora abrazaban los arboles y la liana, con la misma fuerza con que a Lacoonte ciñeron con sus anillos las serpientes. Los mayas son tampoco conocidos como lo fue el lado oculto de la luna, y eso a pesar de que su civilización ha estado sujeta a intensos estudios e investigaciones.
Y esto es desconsolador, porque los mayas constituyeron el único pueblo de las altas culturas americanas que desarrollo un lenguaje jeroglífico capaz registrar los sucesos y, sin embargo, hasta donde sabemos no dejaron tras sí otra cosa que algunas fechas calendarios. Ninguna otra cultura en las Américas, y tal vez en todo el mundo, combinado a un espacio tan reducido, ha sido objeto de tanta atención desde todos los ángulos imaginables. Son pocas las civilizaciones perdidas que hayan contado con una lista tan estupenda de investigadores y estudios Desde los tiempos de Cristóbal Colon, primer hombre blanco que los vio (1502), hasta los agitados tiempos presentes en que el doctor ruso Yuri Knorosow pretende poseer la "clave" de los jeroglíficas mayas, se cuenta con un verdadero ejército de personas que han sido atraídos por el ambiente de misterio que rodea a ese pueblo. Conquistadores, sacerdotes, historiadores, exploradores, botánicos, epigrafistas y por no dejar de mencionarlos un liberal puñado de pícaros, han recorrido los caminos del país maya dejándonos sus impresiones.
Los mayas, como pueblo siguen siendo irreales.
Se ha llegado a clasificar a los mayas como los "intelectuales del Nuevo Mundo", debido a su calendario altamente desarrollado, su escritura jeroglífica y la adornada complejidad de su arquitectura. Por mucho tiempo su civilización fue considerada como apex de las civilizaciones americanas.
Pero este sueño arqueológico ha quedado reducido a nada en virtual de los últimos descubrimientos. Los mayas fueron una teocracia Feudal. Además de "intelectuales" se comportaron con la misma crueldad desenfrenada de las demás tribus a su alrededor.
Pero hay más los mayas no fueron, como se ha dado en decir, un pueblo ligado a la tierra, cuya vida transcurría en un espléndido aislamiento dentro de sus centros ceremoniales levantados en piedra, Sino que también fueron marinos que embarcándose en canoas con una capacidad de cuarenta personas, navegando millares de kilómetros.
Siguiendo las costas del golfo de México y surcaban las aguas del Caribe.
Los mayas se describían así mismo como y como se manifestaron a otros: Seres humanos sensibles, vivientes, tan contradictorios en pensamiento y acción como nosotros mismos lo somos.
La historia empieza con Cristóbal Colon en su cuarto y último viaje. Años más tarde, otro navegante español que bordeaba la costa, contempla unos edificios bien construidos.
Pero no obstante, un conquistador que desembarcaba preserva la "verdadera historia de las cosas" escribió que los mayas "dicen que su tierra se llama Yucatán y es el nombre que conserva: Pero en su propia lengua no la llaman así".
La historia arqueológica maya tuvo pues su principio en palenque: Estas ruinas, sepultura en la selva de Chiapas, eran el lugar menos propicio para ello. No existían caminos que llegaran hasta donde se encontraban. Fue uno de los grandes centros urbanos mayas y habiendo quedado abandonada por sus habitantes.
La Malinche (Doña Marina), "la Lengua" de la conquista de aztecas y mayas realizada por Cortés, hablaba tanto en náhualt como el maya. Fue dada a Cortés en Xicalanco, el gran centro comercial de Tabasco, en 1519.
Practicaron la deformación del cráneo utilizando tablas para aplanarlo.
Se limaban los dientes en forma puntiaguda y se incrustaban laminas de jade y de otros metales.
Su indumentaria era muy ligera, pero elaboraron bellos adornos como hilos, plumas y metales para cubrir su cuerpo, también practicaban el juego de la pelota el cual consistía "prácticamente todas las ruinas de Mesoamérica tienen por lo menos un juego de pelota donde los equipos jugaban un deporte que aun no estaba plenamente comprendido. En la versión mexicana, dos anillos de piedras sobresalen de las paredes opuestas y parece ser que los equipos hacían puntos al poner la pelota de hule a través de uno de estos anillos. Esto debe haber sido muy difícil; hay vasos policromados que implican que los jugadores solo podían pegarle a la pesada pelota con las caderas o con el glúteo. Es posible que cuando la `pelota tocara el suelo, el jugador fuera sancionado; de cualquier manera este juego de balón era tomado en serio y tenia connotaciones religiosas tan profundas que muchas veces los jugadores eran sacrificados".
Los mayas se casaban jóvenes: las mujeres a los catorce y los hombres a los veinte. La casamentera se encuentra a la izquierda, mientras el sacerdote "purifica" a la pareja con humo de copal.
El indumento básico de los varones maya era el taparrabo, decorado profusamente. Estos son dibujos reproduciendo figuras esculpidas de estos monumentos.
El Acto de esculpir la estela E en Quirigua, cerca de Copán. El intrincado diseño y los complicados cómputos calendáricos fueron primeramente trazados en papel y tablillas pintadas. La piedra empleada aquí fue arenisca roja; la herramienta: el cincel de basalto.
Templo I en la Gran Plaza de Tikal. Esta era la mayor y una de las más antiguas ciudades mayas. Su primera fecha registrada es 416 d. J.C. Contiene ocho grandes pirámides – templo; pero la I que aquí vemos se eleva a 64 metros. Las ruinas están siendo restauradas por la Universidad de Pennsilvania. C George Holton.
El bloque se lleva rodando sobre troncos de madera dura, tirando de él por medio de gruesas cuerdas.
La estela labrada en su primera fase es colocada de este modo en el lugar previamente acondicionado. Nótense las proyecciones en la base, que se le dejaron para nivelarla y tirar de ella
También cultivaban el balché, aprovechaban la fibra del cáñamo "con la cual hacían un sinnúmero de cosas", sandalias, cuerdas, cordeles para arcos, para pescar, etc. El algodón era de dos clases y cultivaban ambas "recolectando en asombrosas cantidades".
Tenía gran importancia desde el punto de vista económico, porque con él tejían sus mantas. La ceiba rendía un algodón magnifico que utilizaban como almohada.
El sapodilla o "árbol de chile" fuente tropical que llega a alcanzar una altura de 18 a 20 metros. Los mayas hervían su sabia hasta convertirla en una masa pegajosa y con ella hacían cerbatanas además, la empleaban para pegar cuanto requerían una goma o pegamento resistente. También constituía un objeto de comercio. Los niños mayas la masticaban y le daban por nombre cha.
El Copal que proporcionaba una resina que se quemaba en todas las ceremonias religiosas," era una mercancía con la que se comerciaba mucho".
El Cedro "árbol de Dios" se empleaba en la manufactura de grandes piraguas. El palo del Brasil se usaba para teñir el tejido de algodón. Abundaban las palmas y sus hojas servían para techar las chozas. El cacao se daba en ambos extremos del dominio maya: Tabasco al Noreste y Honduras al sudeste, era la bebida favorita de los mayas y de los agricultores de Tabasco, le daban preferencia a su cultivo, comerciaban con ese " oro de la tierra", en trueque de lo que necesitaban.
Una fruta no era nativa del país maya: "Había muchos plátanos"... Los españoles los trajeron; porque antes no había". Las sequías eran frecuentes e intensas, y sus " desastrosas consecuencias desempeñaban un importante papel en la literatura maya; pero la mayor parte de las tierras bajas tenían apenas una delgada capa de tierra sobre la piedra caliza viva. El suelo rápidamente se ponía seco y agrietado endureciéndose hasta parecer cemento.
Cuando ocurría esto los mayas abandonaban sus ciudades y se dirigían hacia los bosques, donde toda su alimentación se reducía a las cortezas de los arboles.
Los ancianos, incapacitados para irse con los demás, eran abandonados para que murieran, con motivos de estas sequias también se llevaban sacrificios humanos.
LA AGRICULTURA MAYA
El maíz era el epicentro del mundo maya.
"La mayoría de ellos eran labriegos... se dedicaban al cultivo del maíz..." Los mayas consideraron el maíz como una planta bien desarrollada.
Los métodos agrícolas parecen no haber cambiado mucho desde los primeros tiempos. Los mayas derribaban árboles y arbustos valiéndose de hachas de piedra (bat) y los quemaban durante la estación seca. Removían la tierra con un palo endurecido en el fuego (xul).
A cada indio se le asignaba una porción de sembradío de maíz, o sea un hun uinic, de 120metros cuadrados. La tierra era propiedad de la comunidad "... la tierra se poseía en común y por tal motivo no existían limites o mojoneras entre las poblaciones para dividirla. La técnica del cultivo del maíz era la misma que en el resto de América: derribar los arboles, quemarlos, cercar, plantar, escardar, doblar los tallos en la época de la cosecha. ( Para disuadir a los pájaros) Al necesitar nuevos campos d cultivo, la tendencia era alejarse mas y más de la ciudad o aldea. Esto es muy indudable que con el tiempo llego a debilitar los lasos con la ciudad. Estado. La descentralización agrícola bien pudo se uno de los factores que aflojaran la estructura social del "antiguo imperio ", contribuyeron con la desintegración de las ciudades.
La siembra se controlaba por medio de un ritual.
Los mayas cultivaban otras muchas cosas aparte del maíz. El tallo de dicha gramínea como apoyo, sembraban frijol y calabaza a la orillas de los campos crecía el chile, patatas dulces, también la dulce casava, el chichan tubérculo parecido al nabo. Legumbre mexicana el chayote, el maya plantaba papaya el aguacate "crecía cerca de sus casas, pues aprovechaban las raíces del mismo para lavar la ropa". El fruto del árbol achiote, se utiliza también como alimento, para "colorear sus guisos como si fuese azafrán".
EL TRIBUTO
Tan solo los dioses parecen haber sido capaces de crear algo de la nada. Precisamente el que no pueda salir de la nada, es la razón de los tributos. Para los mayas, cuya mayor aproximación al dinero era el grano del cacao, el tributo se pagaba en forma de trabajo gratuito. La construcción de casas o edificios formaban también parte del tributo de obras. La construcción de edificios públicos representaba el tipo de pago como mano de obra.
Muchos en la sociedad maya, estaban exentos de pagar el tributo. La nobleza, el sacerdocio y los funcionarios civiles y militares, vivía de las entregas pagadas por los hombres de condición inferior.


TEJIDOS
Hija de la diosa del embarazo, era la patrona de los tejedores. ERIC THOMPSON opina que IX AZAL VOH, la esposa del dios sol, era la diosa de los tejedores; que IX ZACAL NOK era la señora tejedora de mantas.
Como el tejer era tarea femenina y como las mujeres casi siempre estaban embarazadas, la asociación entre ambas actividades, que de otra manera no tienen relación alguna entre sí es explicable. Se tejía para el consumo domestico y para comerciar las mujeres gustaban mucho de los hupiles que ellas mismas vestían y también el taparrabo para los hombres
El color azul era el símbolo del sacrifico. Ese azul maya tan especial que se destaca vívidamente en los murales de Bonampak salía una sustancia mineral que no ha sido identificada "Diferentes clases de colores se obtenían de tintes de ciertos arboles" Los mayas emplean también el jugo del tomate silvestre de la zarzamora y el verdinegro aguacate. Sin embargo, el color más apreciado pero al mismo tiempo él más difícil de obtener era el púrpura que procedía de un molusco y que casi era igual a la célebre púrpura tirria que se derivaba de las varias especies de moluscos.
Ix Chebel Yax, diosa del tejido. Era hija de Ixchel, diosa del embarazo, y esposa de Itzamna, el Dios maya de los conocimientos. Tomado del códice Tro-cortesiano
La sociedad maya como todo estado teocrático se componía de hombres inferiores y superiores había una clase noble de la cual procedían los funcionarios del gobierno que era un gran número, la ancha base de la pirámide social descansaba sobre el llalva unicob, hombre inferior así como las multitudes de esclavos.
Los guerreros son encabezados por jefes elegantemente ataviados con adornos de jade y plumas de quetzal a los caciques se les contempla dictando leyes juzgando a los guerreros capturados.
Los aztecas poseían una bien conocida organización de clan en que la tierra era común como se trabajara bien.
Había una cultura maya común una lengua y una religión se contaba con un sistema de caminos que unían las regiones costeras con las zonas altas, el comercio estaba generalizado y era extenso seria tal vez por las dificultades que entrañaba la configuración geográfica sin embargo esto no evito que los incas cuyo imperio estaba desde un punto geográfico mucho más complejo que el de las mayas unieran toda Sudamérica andina bajo un solo reino.
La sociedad estuvo dividida en varias clases: el Clero, la Nobleza y los Esclavos.


LITERATURA
Las mayas tenían libros. Ya hemos dejado dicho que hubo un cronista que opinaban que eran dignos de encomio por tres motivos que no eran caníbales, que no les interesaba lasodomia y que escribían libros. Estos últimos no eran cogollos que estamos acostumbrados a ver en mis idas sino que en la realidad son textos ilustrados con glifospero el hecho al tener libros asombro laos españoles.
Y entre los objetos enviados a CARLOS V junto con adornos de oro y plumas que iban "dos libros que usaban los indios " Muchos sabios en España se llenaron de asombro ante esa prueba de alta cultura.
Porque no solo las mayas sino también las tonadas, aztecas, mistemos y casi todos los indignas cultivados tenían libros las mayas.
En la época de la conquista española casi cada dentro de cada población tenía una deposito de libros todavía en 1967 un español informa haber visto registros en escritura jeroglífica en tagalas en la región de los pelen.
No existe alguna duda sobre la amplitud con que se usaban tales libros.
ARQUITECTURA
Los mayas dejó tras de sí un conjunto de estructuras que si permanecen como monumento a su sensibilidad esférica y su energía muscular.
La mayoría de las estructuras eran de piedra ya que casi siempre sé tenia piedra caliza a la maya cuando no se usaban esas clases de materiales usaban ladrillos cocidos y estuco para ornamentación.
Esta arquitectura difería de las otras civilizaciones del reinado del sol debido al uso que hacían las mayas del mortero de cal.
"Son esencialmente monolitos de escombro y cal con un barniz exterior de piedra labrada.
Etapas en el corte de la piedra: se separa de la roca en el bloque necesario
LA ESCULTURA
La función de la escultura era doble primariamente era arquitectónico en la mayor parte de los edificios mayas era parte de integrante de la escultura.
La escultura maya es muy variada dioses en diversas actitudes y formas umbrales, bustos mascaran tablas y panales de herramienta del escultor consistía en un cincel fabricado de basalto o diorita su material usual era la piedra caliza que menudo presenta la textura de mármol.
Las mayas no tuvieron tiempo de desarrollar un complejo metalizado.
A principios del siglo VIII empezó a llegar oro al país de las mayas.


LA PINTURA
Tal como se presenta en los frescos muestran una precesión y estilo realista mas avanzados que cualquiera de las civilizaciones comprendidas entre los reinos del sol en América.
Su arte era religioso, simbólico y decorativo.
El decorar de la cerámica policromatica puede ser considerado también como pintura y existen muchos expendidos ejemplos de ellos.

PUEBLOS DEL VALLE DE MEXICO

Cuando se inició el gobierno del señorío o altépetl de Cuauhtitlán a fines del siglo VIII, estaba a punto de ser abandonada la ciudad de Teotihuacan.
Al despoblarse este centro de poder, el orden social de las tribus regionales cambió de teócrata a militarista, debido a que la sociedad ya no se regía por la fe sino por el más fuerte. Finalmente, el área terminó bajo dominio tolteca.
Además de combativos, los toltecas (habitantes de Tula) eran hábiles para las tareas manuales y las labores artísticas. Otros pueblos los imitaron y de ellos aprendieron también la lengua náhuatl.
Por ello, la cultura tolteca se convirtió en el modelo que siguieron las sociedades más refinadas del centro de México.
Lugar de las Siete Cuevas, origen mitico de las tribus nahuatlacas.
Más adelante, Tula cayó ante la presión de tribus chichimecas, que se adueñaron de esta región, abandonaron la vida nómada y fundaron ciudades, además aprendieron el idioma, las formas de vida, así como los oficios y las artes de los toltecas. Los recién llegados crearon importantes centros urbanos y religiosos, como Tenayuca, Tetzcuco, Azcapotzalco, Chalco y Amaquemecan, entre otros.
Sin embargo, algunos pueblos mantuvieron su idioma y sus costumbres ancestrales, como es el caso de los matlatzincas del valle de Toluca y la zona fronteriza con los purhépechas o tarascos; los ocuiltecos del suroeste (límites con el estado de Morelos); los mazahuas del oeste (límites con el estado de Michoacán), y los otomíes del norte y noreste (límites con el estado de Hidalgo).
Después, el área quedaría bajo dominio del imperio azteca; más tarde, durante la conquista, los nahuatlacas fundaron el poblado de Tollocan (luego Toluca) que después, en 1577, sería declarada ciudad. Las misiones evangelizadoras que llegaron al estado estuvieron conformadas por franciscanos, dominicos y agustinos.
Al arribar a la Cuenca de México los mexicas encontraron un panorama político complejo y asentado, así como el sometimiento por parte de los tepanecas de Azcapotzalco a casi todos los altepetl. Luego de salir expulsados de Chapultepec por los altépetl de Azcapotzalco, Xaltocan, Culhuacan y Xochimilco, se asientan en Tizapan, dominio territorial de Culhuacan, el cual abandonan por la dureza de las condiciones y un enfrentamiento con los culhuacas, yendo hacia la región de Texcoco antes de elegir un islote donde ya existían asentamientos previos, según evidencias arqueológicas.
Según la historia oficial aceptada en un islote al poniente del Lago de Texcoco, fundaron los mexicas México-Tenochtitlan en el año 2 Calli o 1325 en donde se cumplió, según el mito oficial, la profecía de un águila devorando una serpiente sobre un nopal. Ahora se sabe que los mexicas se establecieron previamente en diversas poblaciones, incluso fundaron algunas ciudades (como ejemplo Huixachtitlan), la información codificada en los documentos revela que ya habitaban el islote desde 1274. El asentamiento final incluyó la aceptación de Azcapotzalco como altepetl supremo, tributándole periódicamente y una condición general de obediencia. El islote estaba crecido de tulares, carrizos y una rica diversidad acuática que les permitirá la subsistencia así como una posición militar estratégica, si bien los primeros años sus condiciones de vida serán precarias.

TARASCOS Y MIXTECOS

Los tarascos o purépechas se asentaron principalmente en la región oriental del estado de Michoacán y no de Guerrero come comúnmente se cree. La cultura se inició aproximadamente en el año 1200 d.C. y su esplendor terminó hacia el año 1600. Su gobierno era monárquico y teocrático. Como la mayoría de las culturas prehispánicas, eran politeístas.
Esta cultura correspondió al Horizonte Histórico. Narra la leyenda que los purépechas salieron junto con los mexicas de su lugar de origen, pero aquellos se detuvieron en Patzcuaro, acaudillados por Ireticatame, en donde fundaron su señorío. Los purépechas son conocidos indebidamente en la Historia de México con el nombre de Tarascos, denominados así por los españoles.
Tarasco significa “cuñado”, nombre con el que los jefes purépechas trataban a sus amigos. El personaje purépecha más importante fue Tariacuri por ser el verdadero fundador del señorío. Al morir este señorío el reino que do dividido en tres señoríos: Patzcuaro, a cargo de su hijos Higuanaje, Tzintzuntzan, y Huatzio, encargados a sus sobrinos Taxgaxoan y Hirepan, respectivamente.
Los purépechas extendieron su poderío en una vasta extensión del occidente y el centro de México. Eren agricultores, pescadores y cazadores. Su organización agraria dividía las tierras en cuatro partes: una para el monarca, otra para los sacerdotes y el culto, otra para la nobleza; y el resto, para el pueblo en forma comunitaria.
Practicaban intensamente el comercio: al interior, con los más alejados pueblos de sus posesiones, y al exterior, con los pueblos vecinos y los muy distantes.
La religión de los purépechas practicaba sacrificio humano. Su dios principal era Curicaveri, dios del fuego y personificación del sol. Sus templos o adoratorios constituían pequeñas pirámides hechas con adobes y se les llamaba “Yatacas” y allí enterraban a sus personajes importantes.
Esta cultura llego a la edad de los metales trabajaron el cobre e hicieron una gran variedad de piezas instrumentales y de ornamentación. En el arte fueron exelentes tejedores de plumas de aves, con ellas adornaban su vestimenta sin embargo no tuvieron escritura.





Mixtecos.
Los pueblos mixtecos de Oaxaca y Puebla comenzaron a desarrollarse, iniciándose así el periodo posclásico, principalmente en Cholula y en Tlaxcala. El origen de los cholutecas es olmeca; proceden de las costas del Golfo.
Los mixtecos que eran un pueblo bárbaro se fueron cultivando hasta formar una nueva población, la mixteco-choluteca, mezcla de las culturas teotihuacana y olmeca, esta fue fundadora de una gran ciudad en donde se encuentran restos de una gran pirámide consagrada al dios de la lluvia.
Los mixtecos eran eminente guerreros, los gobernantes de este pueblo ya no fueron los sacerdotes, sino los caudillos militares. La población de chula no fue siempre la misma a través de su larga evolución.
Los chultecas crearon la cerámica más hermosa de toda la mesa Central para uso cotidiano y ornamantal. El grupo más importante de cerámica lo forman vasijas cuya pintura policroma consiste en delicados diseños decorativos.
La fina vajilla en que se le servía la comida a Moctezuma, procedía de los alfareros cholultecas. Otra importante cultura fue la mixteca. El nombre Mixtecapan significa “lugar cercano a las nubes” porque sus principales centros de población se encontraba en la cimas de la sierra situada entre Puebla, Oaxaca, Tlaxcala y Guerrero; los principales fueron Tialantongo, Yanhuitlan, Tlaxiaco y Tutepec.
La organización social de los mixtecas estaba dividida en dos grupos: el de los señores y de los plebeyos, los primeros eran los jefes militares y los dirigente civil y religioso, los segundos formaban la masa del pueblo trabajador.
Los mixtecas adoraban una pareja divina. El dios león y el dios tigre, pero el dios principal era Yostaltepetl, “corazón del pueblo”.
Los mixtecas emplearon la pintura ideográfica; los artistas presentaban en los frescos Urales, las grandes leyendas tradicionales de dioses, animales, plantas y seres humanos.

UNIDAD 4

CULTURAS DE LA CUENCA DE MEXICO

La cuenca de México es el nombre dado al área donde hasta hace aproximadamente 700 años se ubicaban los grandes lagos de Texcoco, Xochimilco, Chalco, entre otros más en el actual Distrito Federal de México.
El valle de México se levanta a 2.236 m. de altitud media y tiene una extensión aproximada de 7.200 km2. La topografía de la cuenca ha hecho que se genere un drenaje interno y una sucesión de lagos y cursos de agua que se extienden sobre los 1.000 km2; estos lagos son salinos al norte -Xaltocan, Zumpango y Texcoco-, y de agua dulce al sur -Chalco y Xochimilco. El régimen de lluvias también es desigual, siendo más abundante y regular al sur, razón por la cual se van a gestar aquí los principales acontecimientos culturales del Formativo.
Esta zona había soportado sistemas de vida sedentarios a lo largo de la fase Playa (6.000-4.500 a.C.); después se establecieron dos pequeños poblados en tiempos Zohapilco (3.000-2.000 a.C.). La población fue evolucionando poco a poco y ocupando la cuenca, de manera que para la fase Tlalpan (1.600 a.C.) se estableció en Tlatilco y formó una pequeña aldea. Asentamientos similares surgieron en Zacatenco, El Arbolillo y Ticoman, dando lugar a un estilo de figurillas que, con las lógicas transformaciones del tiempo, perdurará hasta los aztecas. Durante todo el Formativo Medio, tanto este sitio como Tlapacoya tuvieron influencia olmeca, introduciendo una cerámica de engobe blanco con borde negro, grandes figurillas huecas y decoraciones de hombres jaguar y serpientes de fuego.
Existe arquitectura pública de arcilla desde 1.300 a.C. en Tlatilco, aunque este es un sitio bastante desconocido por la superposición de la ciudad de México. Otro centro de importancia fue Cuicuilco, que levantó una gran estructura circular de varios niveles desde el 400 a.C. La documentación arqueológica señala que la sociedad de Cuicuilco tuvo un sistema intensivo agrícola, incluyendo diques y canales para el riego. La población pudo vivir en torno a los conjuntos arquitectónicos, en un sistema similar al que más tarde pondría en práctica Teotihuacan y, hacia el 200 a.C., pudo haber alcanzado los 20.000 habitantes.
También el valle de Teotihuacan fue ocupado por pequeñas aldeas campesinas a finales del Formativo Temprano que tuvieron una baja evolución cultural hasta que en el 400 a.C. levantaron sus primeras estructuras públicas. Esta actividad se vio acompañada por la ocupación de las colinas bien defendidas que rodean el valle, fuera de las buenas tierras agrícolas, donde cada comunidad levantó al menos una pequeña pirámide, conformando unos centros a los que se ha denominado Tezoyuca. Seguramente, en esta época la cuenca estuvo ocupada por diversos grupos que se enfrentaban entre sí por su control.
Entre el 200 y el 100 a.C. tres jefaturas pugnan por el control del valle de Teotihuacan -Tezoyuca, Cuanalan y Teotihuacan-, al mismo tiempo que se llevan a cabo importantes obras de canalización y de drenaje, y se produce una innovación agrícola de singular importancia, la chinampa, que permitió la obtención de mayores excedentes de producción.
Hacia el 150 a.C. Cuicuilco, el centro competidor más importante en el sur de la cuenca, fue destruido por una erupción volcánica. Al mismo tiempo, se produce la victoria de Teotihuacan sobre las demás unidades políticas, de manera que para el 100 a.C. el sitio consigue su verdadera traza urbana y alcanza una extensión de 8 km2, transformándose en una gran metrópoli que, durante el Clásico, dominará políticamente el centro de México.
En el inicio de nuestra era Teotihuacan concentra la mayor parte de la población de la cuenca de México, alcanzando unos 40.000 habitantes. Como consecuencia de ello, el campo se despuebla, quedando tan sólo una pequeña ocupación campesina agrupada en aldeas y poblados dispersos. Debido a la afluencia masiva de gente, sus dirigentes se vieron obligados a trazar una planificación urbana bajo un control muy centralizado, formalizada desde el 50 d.C. por medio de dos grandes avenidas que dejaban una orientación general de 15" 25` hacia el este: la Calzada de los Muertos, que divide la ciudad de norte a sur, y la Avenida Este-Oeste, que lo hace de oriente a poniente. En torno a estos dos ejes básicos se organizaron los conjuntos residenciales y templos, siguiendo un patrón de parrilla que documenta el grado de centralización política alcanzado en la ciudad.
Desconocemos las causas por las cuales se concentró un número de habitantes tan grande en torno a Teotihuacan. Sin duda el éxito obtenido por una base agrícola intensiva fundamentada en un sistema de canales e irrigación permitió obtener la cantidad de excedentes necesaria para concentrar de golpe a unos 40.000 individuos. Por otra parte, el desarrollo de trabajos y artesanías especiales como la obsidiana y la cerámica debió atraer muchos campesinos ante las exitosas perspectivas económicas que proporcionaba la ciudad. Por último, Teotihuacan pudo ser un centro de integración religiosa y de peregrinaje cuando menos regional, que atrajo a poblaciones muy cosmopolitas.
La decadencia de Cuicuilco y de otros asentamientos al sur de la cuenca sirvió para que las poblaciones emigraran hacia el noreste y se concentraran en Teotihuacan. La afluencia y el control de la población permitieron erigir las Pirámides del Sol y de la Luna antes del 100 d.C. Gran parte de esta población se dedicó, no obstante, a las tareas agrícolas. Sin embargo, también fundamentaron la evolución urbana en la explotación de las canteras de obsidiana gris que existían en el propio valle de Teotihuacan y de la obsidiana verde del Cerro de las Navajas en Pachuca (Hidalgo).
Durante la fase Tzacualli (1-150 d.C.) surgió un patrón de construcción de tres templos dispuestos en torno a una plaza rectangular, de los cuales el más alto fue el del centro. Más de veintitrés complejos de tres templos se erigieron, la mayoría de ellos, en torno a la Calzada de los Muertos y en el noroeste del asentamiento. La contemporaneidad de estos complejos parece indicar la dimensión política del sitio en esta fase. Millon supone que la orientación de la ciudad tiene un significado astronómico, sugiriendo que fue creada como un modelo cósmico, el ombligo del mundo. Para sacralizar aún más su función, la Pirámide del Sol fue construida sobre una cueva natural que adquirió un carácter sagrado, y estuvo emparentada con los mitos de la creación de la Humanidad.
En Miccaotli (150-200 d.C.) la orientación del centro cambió hacia el sur con la construcción de la Avenida Este-Oeste, donde se levantó la Ciudadela que contenía uno de los templos más carismáticos dedicado a la Serpiente Emplumada; el edificio estaba decorado con serpientes emplumadas y escenas acuáticas. Junto a él se colocaron dos amplios conjuntos de apartamentos en los que pudieron vivir los dirigentes de la ciudad. Enfrentado a la Ciudadela, en el sector oeste, se construyó el Gran Conjunto que pudo funcionar como un mercado regional. Esta nueva concepción del sitio es radicalmente diferente de la anterior, sugiriendo un profundo cambio político, donde el templo y la residencia de los dirigentes y el centro mercantil se sitúan juntos, muy centralizados. Se inicia la decoración de talud-tablero, que poco a poco cubrirá de manera uniforme todos los edificios y se convertirá en uno de los rasgos más sobresalientes de Teotihuacan.
Las fases Tlamimilolpa (200-400 d.C.) y Xolalpan (400-650 d.C.) fueron típicas de alta centralización y carácter corporado. En parte, esto estuvo relacionado con el desmesurado aumento poblacional, que llegó a alcanzar más de 150.000 habitantes. Algunos antiguos complejos de tres templos volvieron a ponerse de moda y se inició un gran programa constructivo de conjuntos de apartamentos, renovándose la importancia de la Calzada de los Muertos.
Los conjuntos de apartamentos son edificios multifamiliares, muchos de los cuales fueron construidos según medidas standarizadas de 60 por 60 m., y llegaron a ser cerca de 2.000. Son construcciones rodeadas de altas paredes y con una sola puerta de entrada. Comprenden habitaciones orientadas a uno o varios patios con áreas de vida, de actividades artesanales y de ritual, en cuyo centro suele haber un pequeño altar con talud tablero. El plano general de los conjuntos recuerda al de la Ciudadela. Las habitaciones porticadas son oscuras y sin ventanas, y sirvieron como cocina, almacén y para el descanso personal. Muy a menudo se colocó un importante enterramiento en el centro o debajo del altar del patio principal del conjunto, el cual guardaba los restos del antepasado fundador del grupo familiar de cada conjunto.
En cada edificio multifamiliar vivieron entre 60 y 100 personas, organizadas como unidades corporadas de familias emparentadas con una función, especialización e ideología religiosa similar. El tamaño y status de los conjuntos varió interna y externamente, de modo que la localización, extensión, materiales de construcción, decoración y restos internos de cultura material, evidencian la existencia de muchos estratos sociales. A un nivel superior, estos conjuntos se organizaron en barrios o distritos, dirigidos desde edificios más importantes de integración social, económica y religiosa. De esta manera, el Estado teotihuacano pudo controlar con relativa facilidad una población tan heterogénea; pues cada sector de unidades corporadas pudo ser aislado de los demás en momentos de dificultades sociales y políticas.
Las diferencias entre las casas y los conjuntos multifamiliares nos hablan de una sociedad jerarquizada en clases. Sobre estos datos R. Millon ha definido la existencia de seis clases sociales en el centro, al menos desde tiempos Tlamimilolpa. La cúspide de la pirámide social estuvo ocupada por la elite dirigente que actuó en actividades políticas y religiosas de importancia y en la guerra. También el comercio a larga distancia fue una actividad de elite. Los gobernantes fueron personalidades históricas sobre todo al final de Teotihuacan, y estuvieron en ocasiones identificados con los dioses. Las actividades rituales, en particular aquellas que adquirían connotaciones políticas, tuvieron una gran importancia estratégica.
En la base de la mencionada pirámide se situaron los campesinos, más de 100.000 hacia el 600 d.C., que vivieron tanto en los conjuntos multifamiliares de la periferia como en aldeas y poblados en el campo. En estos sitios los restos de cultura material están emparentados con actividades de la vida cotidiana.
Los artesanos y especialistas ocuparon niveles intermedios, pudiendo haber sido hasta 50.000. Vivieron en conjuntos multifamiliares agrupados por el parentesco y la misma especialización. Se han encontrado más de 100 áreas de trabajo de obsidiana, y se han detectado zonas en las que trabajaron los lapidarios que confeccionaron máscaras, ceramistas y otros especialistas, los cuales estuvieron también estratificados según su maestría y la categoría y status de sus obras.
En el oeste de la ciudad existió un barrio de zapotecos conocido como el Barrio de Oaxaca, y en el este el Barrio de los Mercaderes, que contenía evidencias de relaciones con grupos de Veracruz y del norte del área maya, los cuales debieron ocupar también niveles intermedios de la sociedad teotihuacana.
El medio de comunicación básico por medio del cual los teotihuacanos expresaron su ideología fue el arte mural, del que se conocen hasta ahora 350 ejemplos. Estos murales contienen temas litúrgicos dedicados al dios de la Lluvia, que suele estar ligado con serpientes emplumadas, peces, flores, estrellas y guerreros. Es el caso del Mural de Tepantitla y el Mural del Maguey. Otro conjunto temático corresponde a las mariposas, a menudo encontrado sobre los quemadores de incienso utilizados en rituales funerarios. Búhos, dardos y escudos forman un tercer complejo y están emparentados con la guerra, tal como se indica en el Palacio de Quetzalpapalotl. Un cuarto complejo de pinturas se centra sobre la representación de un culto y sus asistentes como en el Mural de la Agricultura; en él aparece la cremación de un muerto, un sistema funerario de amplio uso en la ciudad. El último conjunto se asocia con el agua subterránea, el inframundo y el fuego, con jaguares, símbolos de inframundo y trompetas de concha, que documentan la ideología teotihuacana en relación con el inframundo. También las figurillas de arcilla manifiestan la existencia de dioses básicos en el centro de México, como Xipe Totec, el dios de la lluvia (Tlaloc), la serpiente emplumada (Quetzalcoatl) y el dios del fuego (Xiuhtecuhtli).
La fase Metepec (650-750 d.C.) fue un tiempo de cambio e intranquilidad política, en que la población de la cuenca de México ya no se concentra de manera total en Teotihuacan, sino que surgen nuevos asentamientos que se estratifican desde poblados a pequeños centros como Azcapotzalco, evidenciando una paulatina descentralización del estado. Este acontecimiento es también un fenómeno interno, a juzgar por las figurillas hechas a molde que representan divinidades o guerreros indicativos de que el ritual ya no se llevó a cabo de manera exclusiva en los templos, sino que se desintegró en los conjuntos multifamiliares.
Al mismo tiempo se denota un poder económico más disminuido y la pérdida de contactos entre Teotihuacan y muchos centros de Mesoamérica. Coincide esta situación con profundos cambios políticos y económicos en esta Área Cultural, con centros muy expansionistas y agresivos como los de las tierras bajas mayas o, más tarde, Xochicalco, Cacaxtla y otros. La decadencia de la ciudad no fue abrupta, sino lenta, y culminó con la destrucción por medio del fuego de sus templos y edificos públicos más relevantes a lo largo de la Calzada de los Muertos y de la Ciudadela, hecho que coincidió con el abandono de la ciudad, que pasó a tener unos 25.000 habitantes.

EL CLASICO TARDIO:TOTONAS Y XOCHICALCOS.


EL TAJÍN.
La cultura del Tajin o totonaca se desarrollo en zona centro del actual estado de Veracruz. Los totonacas trabajaban finamente unas piezas de obsidiana, los totonacas adoraban como deidad principal a Quetzalcóatl; sin embargo la pirámide del tajin se destino al dios de la lluvia y del trueno.
Practicaban el juego del valor de índole ritual respecto al sol, en cuyo honor hacían sacrificios humanos.
La ciudad de Tajín fue la capital del estado Totonaca. Tajín significa Ciudad o Lugar del trueno en el Lenguaje Totonaca. Se piensa que Tajín también fue el nombre de algún dios totonaca.
El Tajín es una zona arqueológica precolombina cerca de la ciudad de Papantla. La ciudad de Tajín fue la capital del estado Totonaca. Tajín significa Ciudad o Lugar del trueno en el Lenguaje Totonaca. Se piensa que Tajín también fue el nombre de algún dios totonaca.
La zona arqueológica constituye uno de los centros políticos y religiosos más importantes del mundo prehispánico, entre sus principales atributos está su ubicación estratégica que hizo que fuera una de las rutas más importantes de comercio entre el Golfo de México y la región central del país.
El Tajín es también una síntesis armoniosa entre el espacio y la arquitectura. Su carácter multifacético tiene una buena expresión en su patrón urbano, conjugando al mismo tiempo diferentes monumentos y manteniendo espacios que reflejan la cosmogonía de los habitantes de esta gran cultura.
Situado al norte del estado de Veracruz, El Tajin se encontraba en su apogeo en los tempranos siglos IX al XIII. Se convirtió en el más importante centro en el noreste de Mesoamérica tras la caída del Imperio de Teotihuacán. Su influencia cultural se extendió a lo largo de todo el Golfo y penetró en la región maya y en las mesetas centrales de México. Su arquitectura, única en Mesoamérica, se caracteriza por la elaboración de relieves tallados en columnas y friso. La Pirámide de los Nichos, una obra maestra de la antigua arquitectura de América y de México, revela el significado simbólico y astronómico de los edificios, es el símbolo principal pues alberga 365 nichos de acuerdo al año solar.
El Tajín ha sobrevivido como un destacado ejemplo de la grandeza y la importancia de las culturas prehispánicas de México.
Constituido por una serie de plazas públicas y pirámides ricamente ornamentadas, resultado de varios años de crecimiento y modificaciones del espacio abierto. La pirámide de los Nichos es una expresión Excepcional de la arquitectura, mismo modelo que también se emplea en otras estructuras de menor tamaño, ofreciendo en su conjunto un panorama conmovedor.
El Tajín fue la ciudad mesoamericana más importante del Golfo de México, pues controlaba los intercambios comerciales, políticos y religiosos de la región. Aparentemente construida y habitada por los totonacos, la urbe fue misteriosamente abandonada en el año 1150 d.C., después de casi trescientos años de esplendor. Lo que hoy puede visitarse es tan sólo el núcleo de la antigua ciudad, con una extensión de más de diez kilómetros cuadrados.
Se cree que El Tajín significa, en lengua totonaca, la ciudad del dios del trueno, huracán o rayo. Los totonacos rendían culto a Quetzalcóatl-Sol, la serpiente emplumada, que presidía la mayoría de sus creencias religiosas, y a la que descubrirás pintada y esculpida en algunos edificios, como por ejemplo, en los frisos de los juegos de pelota, de los cuales se han encontrado quince hasta el día de hoy.
El edificio más famoso de El Tajín es, sin duda, la Pirámide de los Nichos. Su estructura de siete cuerpos con cornisas voladas y frisos de nichos la hacen una construcción llena de energía. Este edificio tiene una evidente relación con los 365 días del calendario solar, pues está compuesto por 364 nichos, más el que se supone coronaba el templo que se asentaba en la parte superior.
Xochicalco.
La cultura de Xochicalco se desarrollo en territorio del actual Estado de Morelos, al sur de Cuernavaca. Según los estudios arqueológicos se puede considerar como una continuación de la cultura de Teotihuacán. El principal monumento, que ha dado mucha fama a Xochicalco, es una pirámide construida en la cima de un cerro, formada por un alto latitud, rematado por cornisa y friso que sirve de base a un segundo piso en donde se encuentran restos de un templo. La construcción tiene en sus fachadas hermosos relieves de serpientes emplumadas con bajorrelieves de guerreros y sacerdotes. Tiene un juego de pelota semejante al de la zona maya del antiguo imperio.los habitantes de Xochicalco tenían como principal deidad a Quetzalcóatl, dios del viento y de la lluvia, constantemente representado en su figura de serpiente emplumada. Auténtica acrópolis mesoamericana, Xochicalco, cuyo nombre en náhuatl significa "el lugar de la casa de las flores" es una importante zona arqueológica localizada en el estado de Morelos aproximadamente a 38 km de la ciudad de Cuernavaca.
Xochicalco tuvo su origen aproximadamente en el 300 d.C. situándose sobre unas colinas a 100 metros de altura sobre las sabanas circundantes, colinas que por medio de muros de contención y la construcción de terrazas y taludes, permitió la creación de un centro de mando e intercambio comercial que con el paso de los siglos se convirtió en la principal ciudad de Mesoamérica tras las caída de Teotihuacán. Fue en ese entonces entre los años 600 y 900 de nuestra era, que Xochicalco sirvió de refugio a importantes grupos de inmigrantes provenientes de todos los rincones del México Antiguo, inmigrantes que intercambiaron en esta ciudad productos, tradiciones y ritos, entre los que destaca l advocación a Quetzalcóatl, el dios civilizador, bajo cuyos sacerdotes, Xochicalco se convirtió en un floreciente centro cultural y artístico.

EL PRECLASICO DE LOS MAYA, OAXACA Y OCCIDENTE
El Periodo Preclásico abarca aproximadamente desde los años 2500 a. C., fecha probable de la elaboración de la primera cerámica mesoamericana; hasta el 200 d. C., en que se consuma la caída de Cuicuilco y tiene lugar el florecimiento de Teotihuacán. A lo largo de este periodo se da un proceso de evolución de las sociedades agrícolas igualitarias hacia unas más estratificadas que concluirán con la formación del Estado teotihuacano.
La etapa temprana del Preclásico abarca los mil 300 años que van de 2500 a. C. al 1200 a. C. Para esta época, las sociedades mesoamericanas habían llegado a ser plenamente sedentarias, aunque como ocurriría a lo largo de la historia de la región, requerían complementar sus actividades económicas con pesca, caza, y recolección.
A lo largo del Preclásico Temprano, Mesoamérica se encontraba inmersa en un proceso de diversificación cultural. En las diversas regiones que componen el área surgieron diferentes tradiciones culturales.
La diversidad ecológica fue un factor dominante en la especialización de las actividades económicas, ningún grupo podía producir todos los insumos para su subsistencia. Por ello se formaron redes de intercambio comercial, incipientes en este periodo, y relacionadas con las preexistentes en el Cenolítico Superior, que permitieron a las sociedades involucradas en ellas disponer de recursos provenientes de regiones distantes.
El comercio tomó, desde entonces, un papel central en la conformación de la civilización mesoamericana. El intercambio comercial fue el vehículo que facilitó el intercambio cultural entre los mesoamericanos.
Una de las más importantes aldeas del final del período Preclásico Temprano fue Tlatilco. Se localiza en el valle de México, cerca de la ribera de lo que fue el lago de Texcoco. Las características de su cerámica hablan de relaciones cercanas con el área olmeca.
Una de las primeras manifestaciones de arquitectura monumental en Mesoamérica es el centro ceremonial de San José Mogote. Se trata de una aldea ubicada en el valle de Etla, uno de los Valles Centrales de Oaxaca. La aldea de Mogote (cuyo nombre original es desconocido) fue la más importante de las que se establecieron en la región, y tuvo su mayor apogeo hacia el final del Preclásico Temprano. Su declinación está claramente asociada con la construcción de Monte Albán, la capital clásica de los zapotecos.
La Mixteca es una región compartida por los actuales estados de Oaxaca, Puebla y Guerrero. Se trata de una zona que presenta evidencias de una ocupación antiquísima. Durante el periodo Preclásico Temprano, el sitio principal de la región fue Yucuita (del mixteco yuku=cerro, e ita=flor, de donde su nombre significa Cerro de las flores), una aldea de unos pocos cientos de habitantes, fundada hacia el año 1400 a. C. La aldea contaba con una plataforma central de piedra, en torno a la cual fueron construidas las chozas de sus habitantes. Más tardío fue Monte Negro, contemporáneo de la Fase Monte Albán I, y una de las mayores aldeas protourbanas en la región de la Mixteca Alta.
La segunda parte del período que ahora nos ocupa es denominada Preclásico Medio, y comprende los siglos que van de 1200-400 a. C. Se trata de una época de intensos cambios tecnológicos, especialmente en los que respecta a la agricultura.
Todo lo anterior no dejó de tener ciertas repercusiones en la estructura social, es decir, en el sistema de relaciones sociales. Aparecieron nuevos grupos, como los artesanos, y los comerciantes cobraron una presencia más importante. Además, como se había señalado antes, la sociedad en su conjunto se estratificó, y la clase dirigente (compuesta por la nobleza y los sacerdotes). Durante este periodo tiene lugar el desarrollo de la cultura olmeca, que resume todos los desarrollos culturales de los mesoamericanos de aquel tiempo. De esta cultura son los primeros indicios de escritura y del uso de calendario. Debieron tener una estructura social muy compleja que les permitió desarrollar su escultura y arquitectura monumentales. Los principales sitios de esta cultura son La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, ubicados en la llanura costera del Golfo de México. Estos sitios corresponden a la llamada área nuclear olmeca.
Sin embargo, se han encontrado objetos relacionados con esta cultura en diversos sitios de Masoamérica, sin que se hayan clarificado hasta el momento las razones de estos hallazgos en lugares tan lejanos como Tibias (Costa Rica) y Tantoc (San Luis Potosí). Los hallazgos de objetos olmecas fuera del área nuclear son particularmente numerosos en las regiones del Centro y Guerrero. En la primera, son emblemáticos sitios como Tlatilco (estado de México), Chalcatzingo (Morelos) y Las Bocas (Puebla). Éste último es conocido porque durante la década de los setenta aparecieron en el mercado de arte precolombino numerosas figurillas que supuestamente provenían del lugar, mismas que, después se supo, realmente tenían un origen incierto. Sin embargo, excavaciones realizadas en la década de 1990 revelaron la verdadera importancia de Las Bocas como una de las pocas aldeas de que se conserven restos en la actualidad.
Más problemática es la relación entre los olmecas y la región de Guerrero. Aquí se han encontrado por lo menos dos asentamientos que muestran indicios de ocupación humana —como Teopantecuanitlán y Oxtotitlán y otros varios donde aparecen muestras de la presencia olmeca, que podrían remitir a que sitios como las Grutas de Juxtlahuaca hayan tenido una importancia ceremonial para los portadores de la cultura olmeca. Por otra parte, se presume que las relaciones de estos grupos con las áreas oaxaqueñas y maya contribuyeron con el desarrollo cultural en esas regiones de las culturas zapotecas y maya.
La Tradición del Istmo habría penetrado desde el territorio Guatemalateco a la costa del Golfo, donde, en la confluencia de las culturas zapoteca, mixe-zoque y protomaya, habría florecido. Durante el período Preclásico Medio, la Gran Tradición del Istmo se extendió por la costa del Pacífico desde Tehuantepec hasta El Salvador. La cerámica de La Blanca en Guatemala es con mucho la más fina del Preclásico temprano y antecede por unos 600 años a la Olmeca más temprana.
Al inicio del Preclásico Medio, tuvo lugar en el Occidente de México la aparición de una tradición cerámica a la que Isabel Kelly dio el nombre de cultura Capacha. Se han encontrado restos de ella en Colima, Jalisco y Sinaloa. Los objetos más característicos de esta tradición son los tecomates decorados con incisión, y las vasijas con cintura, en ocasiones tan estrecha, que parecen dos vasijas, una colocada sobre la otra. Cuando la cultura Capacha tuvo su auge, el Occidente no formaba una unidad cultural bien definida, como sí ocurría con los pueblos de otras áreas, que se hallaban plenamente integrados entre sí y al sistema mesoamericano.
La declinación de la cultura olmeca dio origen al periodo Preclásico Tardío (400 a. C.-150 d. C.). Se trata de una época de diversificación cultural y asimilación de los elementos olmecas en los sistemas culturales de cada pueblo. Con esa base dieron comienzo varias de las tradiciones más importantes de Mesoamérica. Sin embargo, Cuicuilco, en el sur del valle de México, y la Chupícuaro, en Michoacán, serían las más importantes. La primera llegó a convertirse en la mayor ciudad de Mesoamérica y principal centro ceremonial del Valle de México; y mantenía relaciones con Chupícuaro. La declinación de Cuicuilco es paralela a la emergencia de Teotihuacan, y se consuma con la erupción del volcán Xitle (circa 150 d. C.), que motivó la migración de sus pobladores al norte del valle de México. La cultura Chupícuaro es conocida sobre todo por su producción alfarera, cuyas huellas se han detectado por una amplia zona ubicada entre el Bajío y la cuenca lacustre.
Hacia el final del Preclásico había comenzado la planificación de las ciudades que llegarían a ser embemáticas de Mesoamérica, como Monte Albán y Teotihuacan.

LOS OLMECAS

La gran cultura Olmeca fue la primera en formarse en territorio mesoamericano, se ubicó en la región costera del golfo de México, aproximadamente en el 1800 cuando nace la que hoy es considerada como la "Cultura Madre" del México antiguo, cuyos orígenes y aspectos peculiares constituyen hoy en día un enigma. El término náhuatl "olmeca" significa "habitantes de olman" es decir "habitantes del país del hule", aún no se sabe cómo se llamaban ellos mismos. Según los testimonios arqueológicos permite suponer que la cultura olmeca sentó los cimientos de las grandes civilizaciones que se sucedieron en Mesoamérica hasta la época de la conquista, como los zapotecas, los mayas y aztecas.
Durante los últimos siglos de segundo milenio a.C. los fértiles territorios que correspondían a los actuales estados de Veracruz y Tabasco estaban habitados por una densa población que vivía agrupada en numerosos poblados agrícolas. A partir del 1200 a.C. aproximadamente empezaron a verificarse una serie de transformaciones que pueden considerarse el embrión de una auténtica civilización, que duraría unos 800 años
En el centro de muchos poblados se erigieron algunas plataformas en tierra de estructura piramidal, cuya función era la de edificios de templos, lo cual constituye las primeras obras arquitectónicas Mesoamérica. A estos conjuntos de plataformas escalonadas se les ha llamado "centros ceremoniales". Los más importantes centros ceremoniales descubiertos son San Lorenzo, la venta, tres Zapotes y laguna de cerros en México. Se cree que San Lorenzo fue el primero florecer alrededor del 1200 a.C. y sufrió una violenta destrucción a la cual siguió el nacimiento de la venta en Tabasco (800 al 400 a.C.), este último fué el principal centro olmeca, una autentica ciudad que poseía las características que serían comunes en los centros urbanos de las ciudades posteriores. La arquitectura de la Venta consiste en plataformas de distintos tamaños, alineados de norte a sur sobre un eje, que en conjunto conforman espacios públicos; es considerada la más grande e importante del área cultural olmeca. Aquí se erigió la más antigua pirámide mesoamericana de 34 metros de altura, cuya forma cónica ha sido interpretada por algunos estudiosos como la reproducción de un volcán.
No se sabe el número de sitios olmecas que existieron pero si que fueron numerosos y que se asentaron en colinas de baja altura o planicies cerca de ríos y lagos, ya que debido a que sus construcciones fueron básicamente de tierra poco o nada queda, pues solo se erigieron algunas construcciones de piedra ya que al no haber suficientes cantidades de ese material debían de importarlo.
Esta civilización también debió ser la primera en utilizar la escultura pues además de ser expertos talladores de jade, dejaron en estos lugares monumentos monolíticos como altares y estelas decoradas en bajorrelieve y el más sorprendente hallazgo de este periodo: una serie de cabezas colosales de piedra, de varias toneladas de peso, hasta el momento se han descubierto 17 cabezas gigantes de hasta de tres metros de altura aproximadamente.
Los curiosos rasgos somáticos que caracterizaron a estos gigantescos rostros coronados por una especie de casco, con ojos almendrados, labios hinchados replegados hacia abajo y gran nariz achatada, similares a los pueblos negroides, han llevado a plantear muchos interrogantes a los arqueólogos sobre el origen étnico que aún siguen sin respuesta. Se han encontrado también de dimensiones más pequeñas diversos recipientes cerámicos, figurillas de terracota de rostros infantiles llamados "Baby Face", pero sobre todo elegantes joyas y figurillas humanas y zoomorfas de jade tallado, serpentina y obsidiana. Que no sólo se han encontrado en nuestras regiones sino también en Belice Guatemala y Honduras, lo que constituye una vasta expansión cultural y comercial olmeca que iniciará en 900 a.C.
Se cree que durante el segundo milenio a.C. surgió y se afirmó una "élite" gobernante, una casta de dirigentes sacerdotes que, por primera vez en la historia de Mesoamérica se expresaron a través de monumentos duraderos y las prerrogativas políticas y religiosas que asumían. Esto queda evidenciado en los ajuares funerarios: probablemente los gobernantes-sacerdotes querían aparecer a los ojos del pueblo como encarnaciones terrenales de las divinidades y los habitantes debían entregar parte de su cosecha y ofrendas a sus soberanos.
Los olmecas practicaban el culto chamánico, aparece el concepto de "nahualismo", según el cual a través de ritos particulares, el brujo-chamán podría transformarse en animal, en particular en jaguar, mediante el uso de drogas alucinantes-hongos y tabaco- y estos acompañados por sacrificios humanos y auto sacrificios.
Los olmecas adquirieron también conocimientos astronómicos, estudios de planetas y ciclos del calendario, entre otras contribuciones el ritual del juego de pelota, se creé también que la escritura, la más antigua descripción de tres Zapotes, Veracruz, gravada en una estela, refleja una fecha correspondiente al 31 a.C.. El problema del uso de la escritura sigue siendo aún hoy controvertido, algunos atribuyen la invención a los zapotecas y es posible que se adoptara una forma de escritura mediante glifos en la época olmeca tardía. Un ejemplo es la inscripción aún no descifrada que se encuentra en la estatuilla de los Tuxtlas y otro un tanto controvertido en la estela de Mojarra. Se supone que los olmecas hablaban una lengua raíz mixe-zoque.
La economía de los olmecas estaba basada en la agricultura, el principal cultivo fué el maíz, además del frijol, calabaza, cacao, etc. Además que que estos formaban parte de su dieta y se incluían la carne de pescado, tortugas, venados y perros domesticados.
La cultura olmeca se extinguió, superada o sorbida por otros pueblos, como los zapotecas en Oaxaca y la naciente civilización maya.

MAYAS, CHONTALE Y ZAPOTECAS

La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de América Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.
Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a la creencia popular, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.
Alimentación

El maíz fue la base de la alimentación de los mayas.
La base de su alimentación fue el maíz (en maya ixim) que les sirvió para hacer bebidas (como el atole), usando su pasta (nixtamal, palabra azteca para una masa de maíz hecha con cal) cocinaban alimentos como los tamales y tortillas. En cuanto a los tamales, están compuestos por una pasta de maíz que contiene una mezcla de carne, vegetales o ambos. Todo lo anterior se envuelve dentro de hojas de maíz u otra planta. Entre las técnicas gastronómicas para cocinar los alimentos predominó el pibil, que es el horneado bajo tierra.
Otros alimentos importantes fueron los derivados del cacao: de su semilla se obtiene una pasta para elaborar una bebida (chocolate o xocolatl en náhuatl) preparada con agua, pues no había ganado que pudieran dar leche. No acostumbraban beber agua sola, el agua se mezclaba con derivados del maíz, frutas y otros ingredientes.
El balché (bebida alcohólica fermentada) usado en las ceremonias se elaboraba con la corteza del árbol balché (Lonchocarpus violaceus), agua y miel. El sakab, que era también ceremonial, se elaboraba con maíz y se endulzaba con miel. De las variantes y diversas formas de preparación de las bebidas del maíz encontramos el origen del pozole, el atole y el pinole. Todas esas bebidas se tomaban en jícaras y se transportaban en guajes o calabazos (en maya chú).
Otros productos muy consumidos eran: la chaya (planta similar a la ortiga que es muy rica en vitaminas), el chicle (que se extraía del chicozapote) y la sal (que extraían del mar rudimentariamente), la calabaza (de la cual se consumían sus frutos, sus semillas ("pepitas") y su flor), el chile habanero y el frijol. La miel de abeja melipona y una extensa lista de frutas complementaban su dieta.
Por otro lado, dentro de la fauna, el pueblo maya conoció el venado, el pecarí o puerco salvaje, el tepezcuintle, el armadillo, el manatí, el conejo, el malixpec (xoloitzcuintle entre los aztecas), el tapir, el jabalí, el mono, la tuza, la tuza real, el cereque, el faisán, las palomas, el pavo de monte, el guajolote o pavo doméstico, la perdiz, la codorniz, la chachalaca, la gallinola, la gallina de monte, la iguana, el pez normal o salado, el ostión y otras aves y mamíferos que les proporcionaron su carne tanto para alimento, como para sacrificio u ofrenda ritual.
Aldeas "vivienda"
Existían casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o jóvenes de la familia o fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había edificios multifamiliares habitados por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social (ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los materiales de las casas varían de muros y techos de madera y palma a materiales resistentes como piedra y estuco. También la vivienda podía estar formada por tres estructuras principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén).
Dormían sobre unas plataformas bajas adosadas a los muros donde colocaban colchones rellenos de algodón (las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento de los indígenas caribes de Haití llegado a Yucatán con el arribo de los españoles). También se dormía sobre tapetes en el suelo.
Este tipo de habitaciones tenía poca ventilación y luz porque carecían de ventanas. Las habitaciones fueron usadas para dormir y guardar pertenencias; sus ocupantes trabajaban en las afueras y poseían huertos para consumo familiar.
Es necesario considerar y advertir que la gente común vivía en las denominadas palapas alrededor de las ciudades, los materiales que usaban eran renovables como la palma chite el guano (para los techos); la madera, los bajareques, el estuco (para las paredes). En el centro de la ciudad habitaban los sacerdotes y la nobleza en los castillos, pirámides y templos ceremoniales.

Vestimenta
Gran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado atíp. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de cuero y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaba la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un besote.
Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade es muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.
Podemos imaginar, por las pinturas de Bonampak, la riqueza y suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias y también en las batallas, en donde los guerreros añadían al vestuario sus armas, escudos y cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente adornados.
Para teñir sus artículos indumentarios utilizaron diversos colorantes. Los más importantes fueron:
De origen mineral
• Atapulgita
De origen vegetal
• Añil (Indigofera sufruticosa) e (Indigrofera guatemalensis) de éstos dos se piensa que los mayas sacaron el azul maya (su color especial).
Organización política (gobierno)
En el período Clásico (290 al 909 dC), los gobernantes supremos recibían el título de K’inich (Rostro solar), Ahaw Te‘ (señor Árbol), Ch’ul Ahaw (Señor Sagrado) o Bakab (Sostenedor del Mundo). Otros nobles emparentados con él se llamaban Ahaw (Señor).
También había gobernantes de centros o ciudades secundarios, quienes eran llamados Sahl (Sahalo’ob en plural) y le rendían fidelidad al Ahaw Te‘.
Durante el clásico terminal (800 al 1000 d. C.) y posclásico temprano (909 al 1451 dC) hubo otra forma de gobierno en la península de Yucatán: el Multepal o gobierno confederado, cuyas ciudades hegemónicas fueron primero Chichén Itzá y después Mayapán. En el Multepal no hubo un solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se consideraban “hermanos”. Cada uno de los integrantes del consejo de gobierno (Multepal) recibía el título de Ah Tepal.


División de cacicazgos mayas en el S.XVI según Ralph Roys
Después de la destrucción de Mayapán (1451) la península de Yucatán se fragmentó en 16 ó 17 provincias independientes llamadas Kuchkabal. Cada Kuchkabal tenía su capital, donde residía el Halach Wíinik ó Halach Uinik (Hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada Kuchkabal se dividía en Batabilo ‘ob (Batabil en singular) que estaban regidas por funcionarios de alto rango. Llamados Batabo ‘ob (Batab en singular). Los Batab le rendían fidelidad al Halach Wíinik y a veces eran sus familiares. A su vez, Batabil estaba dividido en varias Kuchkteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el Batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos de cada Batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k’ ulo ‘ub (ah k’ ul en singular) y los representantes nombrados por el Batab: ah kuch cabo ‘ob (ah kuch kob en singular). Los kuchtabal de Hocaba y Calotmul no tenían Batabes, sino que el segundo nivel de gobierno era ejercido por los Holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ‘ob.
El Halach Uinik era el sumo sacerdote de cada kuchkabal. Le seguía en categoría el Ahaw Kan May o Ah K’in May. Los sacerdotes regulares se llamaban: ah k’in, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chako’ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban Nakom, aunque el Batab también tenía alto rango militar.
En las tierras altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los Ah Pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionarios llamados Ago, aunque dos de ellos detentaban el poder verdadero: el Ahpotsots’il y el Ahpoxahil.
Organización religiosa (personajes de la estructura religiosa)
• Halach Uinik, sacerdote y gobernador del Kuchkabal (provincia).
• Ah K’in May o Ahau Kan Mai: sumo sacerdote.
• Ah K’in: sacerdote regular. Ah prefijo de procedencia, Kin significa Sol, es decir "el que proviene del Sol"
• Ah Nacom: sacrificadores.
• Chilam: profeta.
• Chá ako’ob: ayudantes.
Chontales.
Las tierras del Pacífico de Nicaragua, tenían todas las riquezas anheladas por los conquistadores españoles, excepto el codiciado oro, que se conseguía como trueque o botín de guerra contra los vecinos chontales, un pueblo que había sido desalojado de la región hacia las serranías menos fértiles del centro del país por grupos que vinieron del norte.
Los chontales, que en idioma náhuatl chontalli significa "extranjeros o bárbaros"; no eran los habitantes originarios de la región, sino un pueblo extranjero que migró a estas tierras en el 1300. Antes de esta fecha, Chontales se consideraba como una región periférica a la Gran Nicoya, donde tenían relaciones comerciales e intercambio de cerámica; estos eran los llamados nahoas o aztecarios, tribus mexicanas que emigraron del norte de Centroamérica; y que nos heredaron sus dioses, economía y alimentación a base de maíz. Son los habitantes de la Gran Nicoya y los españoles que en los años 1300 - 1500 denominan con el nombre despectivo de chontales a esa migración del 1300 que traían una cultura rustica, inferior a la de las tribus mexicanas y la Gran Nicoya. Posiblemente este grupo era de mexicanos de cultura Maya Tabasqueña o de Oaxaca. Las naciones mexicanas y españoles consideraban a los chontales como bárbaros o forasteros, no obstante ser ellos usurpadores de la tierra.
Los chorotegas expulsan a los chontales del Pacífico.
Los chorotegas o mangues, originarios de Cholula en México, fueron desalojados del centro de este país hacia las sierras de Chiapas, donde también fueron sojuzgados, optando por continuar su éxodo hasta ubicarse en los territorios comprendidos entre los golfos de Fonseca (Norte de Nicaragua) y Nicoya (Sur de Costa Rica), en el año 800. Al ocupar las planicies junto a los lagos de Nicaragua, los chorotegas expulsaron a su vez a otras tribus previamente asentadas en el lugar llamadas chontales, que fueron empujadas hacia las mesetas centrales del actual país, y a los corobicíes, que encontraron refugio en la cordillera volcánica de Guanacaste.
La Región Chontal.
En la serranía al norte de los lagos y volcanes, y hacia la península de Cosigüina, vivían los temidos chontales, a quienes los chorotegas y nicaraos calificaron de gente ruda y de idioma entrecortado (popoluca), y con los cuales sostuvieron continuas guerras. Poblaciones remanentes eran los guaxenicos (en la zona de El Sauce, Achuapa y Limay), los olomegas y olocotones (al norte de la cordillera de los Maribios) y los tacachos de Yacacoyagua, vecinos de Subtiava.
Incursiones de los chontales contra poblados españoles.
Los asaltos a las minas de Olancho y Segovia en 1527 por los chontales y xicaques dieron a los españoles una idea del carácter indómito de estas naciones, cuyo sometimiento se inició a finales del siglo XVI. Estas incursiones eran en desquite por los abusos que los españoles cometían contra los indígenas de estas tribus.
La Ruta del Oro de Montezuma.
Llama la atención la presencia de varios lugares con nombres náhuatl en el interior del territorio Chontal, posiblemente este relacionado con la ruta de los mercaderes aztecas —los pochtecas—, que pasaban por los valles de Olancho, Segovia, el actual territorio de Chontales y por el Río San Juan en busca de oro hacia las regiones de Talamanca y Veragua, situadas hacia el sur. Estos nombres que queda cerca de El Coral, son Quimichapa, Tepenaguasapa; Ayostepe una pequeña colina cerca de El Rama.
El emperador Montezuma, en el año 1518, mandó a sus capitanes a conquistar Nicaragua, pero a diferencia de los españoles, no sojuzgaban a los pueblos, ni imponían cambios drásticos en la cultura y religión; se limitaban a la exigencia del pago periódico de los tributos.
No hay conclusiones evidentes que demuestren el posible contacto entre las tribus de la Región del Pacífico y la de la Costa Caribe de Nicaragua; en medio de los cuales estaban los aguerridos chontales así como las selvas impenetrables.

Zapotecas.
La cultura zapoteca es la expresión precolombina del pueblo zapoteco, que históricamente ha ocupado el sur de Oaxaca y en el istmo de Tehuantepec (México). En la actualidad la familia de sus lenguas consiste en más de 15 idiomas que están en peligro de desuso. En la época precolombina, los zapotecas fueron una de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica.
El origen del nombre zapoteca se debe a que los aztecas así los nombraron y cuyo significado de dicho nombre es "gente de la nube". Poco se sabe sobre el origen de los zapotecas. A diferencia de la mayoría de los indígenas de Mesoamérica, no tenían ninguna tradición o leyenda sobre su migración, sino que ellos creían que nacieron directamente de las nubes, tal y como si fueran hijos legítimos de los dioses.De ahí el nombre que ellos mismos se atribuían: be´n zaa (gente nube).
Evidencia arqueológica indica que su cultura data desde hace 2500 años atrás. Aproximadamente entre los siglos XV y IV a.C., tuvo lugar el primer desarrollo urbano importante de la cultura zapoteca, con centro en San José Mogote. Hacia el año 800 a.C., durante el horizonte Preclásico, los zapotecos se establecieron en los valles centrales del actual estado de Oaxaca. Así, mientras Teotihuacan florecía en el centro de México y las ciudades mayas en el sureste, Monte Albán, centro ceremonial construido en lo alto de un cerro, era la ciudad más importante de la región oaxaqueña.
Los primeros zapotecas eran sedentarios, vivían en asentamientos agrícolas, adoraban un panteón de dioses encabezados por el dios de la lluvia, Cocijo -representado por un símbolo de la fertilidad que combinaba los símbolos de la tierra-jaguar y del cielo-serpiente, símbolos comunes en las culturas mesoamericanas. Una jerarquía de sacerdotes regulaba los ritos religiosos, que a veces incluyeron sacrificios humanos. Los zapotecas adoraban a sus antepasados y, creyendo en un mundo paradisíaco, desarrollaron el culto a los muertos. Ellos tenían un gran centro religioso en Mitla y una magnífica ciudad en Monte Albán, donde prosperó una civilización altamente desarrollada, posiblemente hace más de 2000 años. En el arte, la arquitectura, la escritura (jeroglíficos), las matemáticas, y la astrología (calendarios), los zapotecas parecen haber tenido afinidades culturales con los olmecas, los antiguos mayas, y más adelante con los Toltecas.
Ellos dejaron evidencias arqueológicas en la antigua ciudad de Monte Albán; en forma de edificios, estadios para el juego de pelota, de tumbas magníficas y de valiosas mercancías, incluyendo la orfebrería. Monte Albán era la ciudad principal del hemisferio occidental y el centro de un estado zapoteca que dominó una gran parte de lo que ahora conocemos como el estado actual de Oaxaca.
Los zapotecas desarrollaron una agricultura muy variada. Ellos cultivaron varias especies de chile, frijoles, calabaza, cacao y, el más importante de todos: el maíz que a principios del periodo clásico daba sustento a numerosas aldeas. Para tener buenas cosechas rendían culto al sol, la lluvia, la tierra y el maíz.
Las mujeres y hombres del pueblo, que vivían en las aldeas, estaban obligados a entregar como tributo: maíz, guajolotes, miel y frijol. Además de agricultores los zapotecos destacaron como tejedores y alfareros. Son famosas las urnas funerarias zapotecas que eran vasijas de barro que se colocaban en las tumbas. Los zapotecos alcanzaron un elevado nivel cultural y fueron, junto con los mayas, el único pueblo de la época que desarrolló un sistema completo de escritura. Por medio de jeroglíficos y otros símbolos grabados en piedra o pintados en los edificios y tumbas, combinan la representación de ideas y sonidos.
Las grandes ciudades que construyeron los pueblos agrícolas de Mesoamérica, crecieron y estuvieron habitadas durante varios siglos. Sin embargo, entre los años 700 y 800 d.C., casi todas ellas fueron abandonadas. Primero en Teotihuacan, después en la zona maya y luego en Monte Albán. A pesar de eso, florecieron nuevos centros ceremoniales como Cacaxtla y El Tajín. Durante este periodo también subsistieron señoríos avanzados en el Altiplano, como los de Cholula y Xochicalco; y en los estados de Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro, se desarrollaron las culturas de Occidente.La mayor parte del tiempo, se dedicaban a la agricultura, que en ese tiempo era su única actividad.
Decadencia.
Monte Albán dominó los valles hasta fines del periodo Clásico y, al igual que otras ciudades mesoamericanas, entre los años 700 y 1200 d.C. terminó su esplendor; pese a ello, la cultura zapoteca continuó en los valles de Oaxaca, Tabasco y Veracruz.
Viniendo del norte, los mixtecas sustituyeron a los zapotecas en Monte Albán y posteriormente en Mitla; los zapotecas capturaron Tehuantepec de los zoques y los huaves del Golfo de Tehuantepec. Para la mitad de siglo XV, los zapotecas y mixtecas lucharon para evitar que los aztecas ganaran el control de las rutas comerciales hacia Chiapas, Veracruz y Guatemala. Bajo el mando de su gran rey, Cosijoeza, los zapotecas soportaron un largo sitio en la montaña rocosa de Guiengola, manteniendo la vista sobre Tehuantepec, y manteniendo con éxito la autonomía política mediante una alianza con los aztecas hasta la llegada de los españoles.
Religión.
Eran politeístas, eso quiere decir que tenían varios dioses. Su dios principal se llamaba Xipe Totec y este se le conocía por tres nombres:
• Totec: es el dios mayor, el que los regía.
• Xipe: es el dios creador, aquel que hizo todo como es ahora.
• Tlatlauhaqui: es el dios astro, el Sol.
Otros de los dioses eran:
• Cosijo: lluvia.
• Pitacosobi: maíz tierno.
• Copichja: sol.
• Quetzalcoatl: viento.
• Xochipilli: príncipe de la agricultura.
• Xipe-Totec: nuestro señor desollado.
También tenían ciertas supersticiones, como el "Nahualismo". Esta consistía en que cada vez que una madre esperaba una cría, el día del nacimiento se ponían cenizas en la choza donde vivía el recién nacido y al siguiente día la huella del animal que se formara sería el "tótem" del niño: aquel animal que lo representa y le da su personalidad.
Otra creencia llamada "Tona" consistía en que los magos oscuros aprovechaban su "tótem" y se convertían en animales para hacer maldades en la noche.
Calendarios.
1. Solar: tenía 365 días agrupados en 18 meses. Utilizado para las cosechas, estaba organizado en 18 meses de 20 días cada uno, contaba al final con un periodo de cinco días.
2. Peje: tenía 260 días repartidos en 13 meses. Utilizado para ponerle nombre a los recién nacidos, estaba dividido en cuatro cocijos o pitaos, estos divididos a su vez en cinco partes de 13 días.
El registro y medición del tiempo y la observación de los ciclos astronómicos, fueron realizados por los zapotecas desde épocas tempranas.
Cultura.
Monte Albán es un conjunto arquitectónico sagrado que se suma a las costumbres religiosas de los pueblos mesoamericanos. Fue construida con varias plataformas escalonadas como pirámides de diferentes alturas. Dentro de la misma se llevaban a cabo juegos de pelota.
La diferencia de otros complejos es la inclusión de edificios dedicados, probablemente, al culto funerario.
También figuran relieves labrados en losas de piedra representando individuos con deformidades en el cuerpo, conocidos como los danzantes.
Los códices mixteco-zapotecas permiten conocer la vida y costumbres de la región. Estos documentos fueron escritos en jeroglíficos y sobre piel de venado y fueron pintados con gran colorido.

TEOTIHUACAN Y LOS MAYAS CLASICOS

La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de Améric Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.
También llamado Periodo Teocrático, abarca desde los años 320 a 987 d. C. aproximadamente. Recibe este nombre porque en un principio se creyó que fue el grupo sacerdotal el que detentó el poder político y que toda la vida económica, social y cultural se desarrolló en torno a la religión.
Los grupos sacerdotales, tuvieron gran importancia en el gobierno de los Estados mayas del Clásico; a pesar de eso, nunca fueron dirigentes. Existía una clase noble y en todo caso, eran los guerreros quienes concentraban el poder. La imagen de los mayas como una sociedad gobernada por sacerdotes fue derribada cuando se descubrió que las ciudades estaban en permanente guerra unas con otras.
Se incrementó notablemente la agricultura como actividad económica básica, la cual era practicada por grandes contingentes de labradores, propiciando una compleja división del trabajo y en consecuencia una fuerte estratificación social.
Las zonas arqueológicas más conocidas de este periodo son: Tikal, Uaxactún, Piedras Negras, Cancuén, Caracol, Yaxhá, Naranjo, Xultún, Río Azul, Naachtún, Dos Pilas, Machaquilá, Aguateca, Palenque, Yaxchilán, Kankí ,Bonampak, Quiriguá , Tulum, Edzná Oxquintok, Ceibal, Xamantún, Copán, San Andrés, Yaaxcanah, Cobá, El Cedral, Ichpaatún, Kantunilkín, Kuc (Chancah), Kucican, Tazumal, Las Moras, Mario Ancona, Muyil, Oxlakmul, Oxtancah, Oxhindzonot, Pasión de Cristo, Río Indio, San Antonio III, Nohkuo Punta Pájaros, San Manuel, San Miguel, Punta Molas, Tamalcab, Templo de las Higueras, Tupack, Xlahpak, Tzibanché y Kohunlich.
Los dos principales centros de la zona del Petén son Uaxactún y Tikal Uaxactún (600 AC al 889 DC), localizado a 25 kilómetros al norte de Tikal (Guatemala), tiene el templo maya más antiguo que se conoce en la región, y es el primer lugar en donde se observó la existencia de la bóveda falsa. Tikal (800 AC-869 DC), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran influencia teotihuacana y llegó a poseer 100 mil habitantes en su momento culminante, siendo la ciudad más grande de América en el Clásico Tardío. Este centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en un lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al mar Caribe.
Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 d. C., fue el centro científico del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al punto de determinar la duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y de idear una fórmula para ajustar el calendario, más exacta que la usada en la actualidad.Durante el periodo clásico, la gasta dirigente estuvo formada por los sacerdotes. Las ciudades eran metrópolis religiosas en donde se construyeron numerosos templos, palacios y juegos de pelota; grandes piezas con lugares destinados a mercados y a las grandes ceremonias religiosas.
Toda la arquitectura era monumental, con grandes escalinatas y ornamentaciones, pinturas murales, recubrimiento de los muros con estuco y muy buenos sistemas de drenaje. Los cálculos astronómicos llegaron a su máxima exactitud; se dio una jeroglífica, aunque solo conocida por los sacerdotes, se invento la técnica de la pintura fresca.
Las dos culturas más avanzadas e importantes del Horizonte Clásico fueron la teotihuacana y la del viejo imperio maya. Fue la primera civilización de la altiplanicie mexicana, desde el sur de Sonora hasta Guatemala y hasta las costas del Golfo de México.
La gente que procedían probablemente de los grandes centros culturales del preclásico superior se establecieron en el valle teotihuacano. En esta etapa se construyeron las grandes pirámides del Sol y la Luna, así como el esplendido templo del dios del agua y de la lluvia.
Hubo una tercera época en Teotihuacán cuyo gran desarrollo se extendió sobre todo el Valle de México, hasta Centroamérica y el Occidente, cultivaron plantas alimenticias e industriales como el maíz, el frijol, la calabaza, el chile, el algodón, el maguey y otros.
Fueron los creadores de las chinampas, pequeñas islas artificiales con tierra escogida. Tejían el algodón y el ixtle inventaron una técnica para hacer pinturas de varios colores con la que decoraban las paredes de sus palacios.
Teotihuacán fue un estado teocrático, los gobernantes eran los sacerdotes, quienes constituyeron una clase superior sobre una masa formada por agricultores, artesanos y comerciantes.
La religión de los teotihuacanos estaba basada a las fuerzas de la naturaleza: la lluvia, el fuego, el viento, el sol, su dios principal fue Tlaloc, o dios de la lluvia.
Cuando se produjo la destrucción de Teotihuacán, sus habitantes emigraron para establecerse en poblaciones del Valle de México, como Azcapotzalco, Culhuacan y Chalco. Su cultura sirvió para crear las culturas de Tula y mexica.
La otra gran cultura del Horizonte Clásico fue la del maya viejo. El territorio que se desarrollo la civilización maya-quiché. No pertenece exclusivamente a México. Dos regiones pueden diferenciarse: la región sur, que comprende zonas de Tabasco, Chiapas, la República de Guatemala, el territorio ingles de Belice, el noroeste de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador.
La antigua civilización maya floreció en el sur. En Peten se encuentran las ciudades de Uaxactun, Tikal, Homul, Nakun y San Jose en Belice. En la cuenca del rio Usumacinta: palenque, Yaxchilan, y Piedras Negras.
En el sur de la cordillera: Copan, Chama y Quiruaga, en Chiapas: Bonampak, Chinkultic y Santa Elena Tenam.