jueves, 4 de marzo de 2010

UNIDAD 4

CULTURAS DE LA CUENCA DE MEXICO

La cuenca de México es el nombre dado al área donde hasta hace aproximadamente 700 años se ubicaban los grandes lagos de Texcoco, Xochimilco, Chalco, entre otros más en el actual Distrito Federal de México.
El valle de México se levanta a 2.236 m. de altitud media y tiene una extensión aproximada de 7.200 km2. La topografía de la cuenca ha hecho que se genere un drenaje interno y una sucesión de lagos y cursos de agua que se extienden sobre los 1.000 km2; estos lagos son salinos al norte -Xaltocan, Zumpango y Texcoco-, y de agua dulce al sur -Chalco y Xochimilco. El régimen de lluvias también es desigual, siendo más abundante y regular al sur, razón por la cual se van a gestar aquí los principales acontecimientos culturales del Formativo.
Esta zona había soportado sistemas de vida sedentarios a lo largo de la fase Playa (6.000-4.500 a.C.); después se establecieron dos pequeños poblados en tiempos Zohapilco (3.000-2.000 a.C.). La población fue evolucionando poco a poco y ocupando la cuenca, de manera que para la fase Tlalpan (1.600 a.C.) se estableció en Tlatilco y formó una pequeña aldea. Asentamientos similares surgieron en Zacatenco, El Arbolillo y Ticoman, dando lugar a un estilo de figurillas que, con las lógicas transformaciones del tiempo, perdurará hasta los aztecas. Durante todo el Formativo Medio, tanto este sitio como Tlapacoya tuvieron influencia olmeca, introduciendo una cerámica de engobe blanco con borde negro, grandes figurillas huecas y decoraciones de hombres jaguar y serpientes de fuego.
Existe arquitectura pública de arcilla desde 1.300 a.C. en Tlatilco, aunque este es un sitio bastante desconocido por la superposición de la ciudad de México. Otro centro de importancia fue Cuicuilco, que levantó una gran estructura circular de varios niveles desde el 400 a.C. La documentación arqueológica señala que la sociedad de Cuicuilco tuvo un sistema intensivo agrícola, incluyendo diques y canales para el riego. La población pudo vivir en torno a los conjuntos arquitectónicos, en un sistema similar al que más tarde pondría en práctica Teotihuacan y, hacia el 200 a.C., pudo haber alcanzado los 20.000 habitantes.
También el valle de Teotihuacan fue ocupado por pequeñas aldeas campesinas a finales del Formativo Temprano que tuvieron una baja evolución cultural hasta que en el 400 a.C. levantaron sus primeras estructuras públicas. Esta actividad se vio acompañada por la ocupación de las colinas bien defendidas que rodean el valle, fuera de las buenas tierras agrícolas, donde cada comunidad levantó al menos una pequeña pirámide, conformando unos centros a los que se ha denominado Tezoyuca. Seguramente, en esta época la cuenca estuvo ocupada por diversos grupos que se enfrentaban entre sí por su control.
Entre el 200 y el 100 a.C. tres jefaturas pugnan por el control del valle de Teotihuacan -Tezoyuca, Cuanalan y Teotihuacan-, al mismo tiempo que se llevan a cabo importantes obras de canalización y de drenaje, y se produce una innovación agrícola de singular importancia, la chinampa, que permitió la obtención de mayores excedentes de producción.
Hacia el 150 a.C. Cuicuilco, el centro competidor más importante en el sur de la cuenca, fue destruido por una erupción volcánica. Al mismo tiempo, se produce la victoria de Teotihuacan sobre las demás unidades políticas, de manera que para el 100 a.C. el sitio consigue su verdadera traza urbana y alcanza una extensión de 8 km2, transformándose en una gran metrópoli que, durante el Clásico, dominará políticamente el centro de México.
En el inicio de nuestra era Teotihuacan concentra la mayor parte de la población de la cuenca de México, alcanzando unos 40.000 habitantes. Como consecuencia de ello, el campo se despuebla, quedando tan sólo una pequeña ocupación campesina agrupada en aldeas y poblados dispersos. Debido a la afluencia masiva de gente, sus dirigentes se vieron obligados a trazar una planificación urbana bajo un control muy centralizado, formalizada desde el 50 d.C. por medio de dos grandes avenidas que dejaban una orientación general de 15" 25` hacia el este: la Calzada de los Muertos, que divide la ciudad de norte a sur, y la Avenida Este-Oeste, que lo hace de oriente a poniente. En torno a estos dos ejes básicos se organizaron los conjuntos residenciales y templos, siguiendo un patrón de parrilla que documenta el grado de centralización política alcanzado en la ciudad.
Desconocemos las causas por las cuales se concentró un número de habitantes tan grande en torno a Teotihuacan. Sin duda el éxito obtenido por una base agrícola intensiva fundamentada en un sistema de canales e irrigación permitió obtener la cantidad de excedentes necesaria para concentrar de golpe a unos 40.000 individuos. Por otra parte, el desarrollo de trabajos y artesanías especiales como la obsidiana y la cerámica debió atraer muchos campesinos ante las exitosas perspectivas económicas que proporcionaba la ciudad. Por último, Teotihuacan pudo ser un centro de integración religiosa y de peregrinaje cuando menos regional, que atrajo a poblaciones muy cosmopolitas.
La decadencia de Cuicuilco y de otros asentamientos al sur de la cuenca sirvió para que las poblaciones emigraran hacia el noreste y se concentraran en Teotihuacan. La afluencia y el control de la población permitieron erigir las Pirámides del Sol y de la Luna antes del 100 d.C. Gran parte de esta población se dedicó, no obstante, a las tareas agrícolas. Sin embargo, también fundamentaron la evolución urbana en la explotación de las canteras de obsidiana gris que existían en el propio valle de Teotihuacan y de la obsidiana verde del Cerro de las Navajas en Pachuca (Hidalgo).
Durante la fase Tzacualli (1-150 d.C.) surgió un patrón de construcción de tres templos dispuestos en torno a una plaza rectangular, de los cuales el más alto fue el del centro. Más de veintitrés complejos de tres templos se erigieron, la mayoría de ellos, en torno a la Calzada de los Muertos y en el noroeste del asentamiento. La contemporaneidad de estos complejos parece indicar la dimensión política del sitio en esta fase. Millon supone que la orientación de la ciudad tiene un significado astronómico, sugiriendo que fue creada como un modelo cósmico, el ombligo del mundo. Para sacralizar aún más su función, la Pirámide del Sol fue construida sobre una cueva natural que adquirió un carácter sagrado, y estuvo emparentada con los mitos de la creación de la Humanidad.
En Miccaotli (150-200 d.C.) la orientación del centro cambió hacia el sur con la construcción de la Avenida Este-Oeste, donde se levantó la Ciudadela que contenía uno de los templos más carismáticos dedicado a la Serpiente Emplumada; el edificio estaba decorado con serpientes emplumadas y escenas acuáticas. Junto a él se colocaron dos amplios conjuntos de apartamentos en los que pudieron vivir los dirigentes de la ciudad. Enfrentado a la Ciudadela, en el sector oeste, se construyó el Gran Conjunto que pudo funcionar como un mercado regional. Esta nueva concepción del sitio es radicalmente diferente de la anterior, sugiriendo un profundo cambio político, donde el templo y la residencia de los dirigentes y el centro mercantil se sitúan juntos, muy centralizados. Se inicia la decoración de talud-tablero, que poco a poco cubrirá de manera uniforme todos los edificios y se convertirá en uno de los rasgos más sobresalientes de Teotihuacan.
Las fases Tlamimilolpa (200-400 d.C.) y Xolalpan (400-650 d.C.) fueron típicas de alta centralización y carácter corporado. En parte, esto estuvo relacionado con el desmesurado aumento poblacional, que llegó a alcanzar más de 150.000 habitantes. Algunos antiguos complejos de tres templos volvieron a ponerse de moda y se inició un gran programa constructivo de conjuntos de apartamentos, renovándose la importancia de la Calzada de los Muertos.
Los conjuntos de apartamentos son edificios multifamiliares, muchos de los cuales fueron construidos según medidas standarizadas de 60 por 60 m., y llegaron a ser cerca de 2.000. Son construcciones rodeadas de altas paredes y con una sola puerta de entrada. Comprenden habitaciones orientadas a uno o varios patios con áreas de vida, de actividades artesanales y de ritual, en cuyo centro suele haber un pequeño altar con talud tablero. El plano general de los conjuntos recuerda al de la Ciudadela. Las habitaciones porticadas son oscuras y sin ventanas, y sirvieron como cocina, almacén y para el descanso personal. Muy a menudo se colocó un importante enterramiento en el centro o debajo del altar del patio principal del conjunto, el cual guardaba los restos del antepasado fundador del grupo familiar de cada conjunto.
En cada edificio multifamiliar vivieron entre 60 y 100 personas, organizadas como unidades corporadas de familias emparentadas con una función, especialización e ideología religiosa similar. El tamaño y status de los conjuntos varió interna y externamente, de modo que la localización, extensión, materiales de construcción, decoración y restos internos de cultura material, evidencian la existencia de muchos estratos sociales. A un nivel superior, estos conjuntos se organizaron en barrios o distritos, dirigidos desde edificios más importantes de integración social, económica y religiosa. De esta manera, el Estado teotihuacano pudo controlar con relativa facilidad una población tan heterogénea; pues cada sector de unidades corporadas pudo ser aislado de los demás en momentos de dificultades sociales y políticas.
Las diferencias entre las casas y los conjuntos multifamiliares nos hablan de una sociedad jerarquizada en clases. Sobre estos datos R. Millon ha definido la existencia de seis clases sociales en el centro, al menos desde tiempos Tlamimilolpa. La cúspide de la pirámide social estuvo ocupada por la elite dirigente que actuó en actividades políticas y religiosas de importancia y en la guerra. También el comercio a larga distancia fue una actividad de elite. Los gobernantes fueron personalidades históricas sobre todo al final de Teotihuacan, y estuvieron en ocasiones identificados con los dioses. Las actividades rituales, en particular aquellas que adquirían connotaciones políticas, tuvieron una gran importancia estratégica.
En la base de la mencionada pirámide se situaron los campesinos, más de 100.000 hacia el 600 d.C., que vivieron tanto en los conjuntos multifamiliares de la periferia como en aldeas y poblados en el campo. En estos sitios los restos de cultura material están emparentados con actividades de la vida cotidiana.
Los artesanos y especialistas ocuparon niveles intermedios, pudiendo haber sido hasta 50.000. Vivieron en conjuntos multifamiliares agrupados por el parentesco y la misma especialización. Se han encontrado más de 100 áreas de trabajo de obsidiana, y se han detectado zonas en las que trabajaron los lapidarios que confeccionaron máscaras, ceramistas y otros especialistas, los cuales estuvieron también estratificados según su maestría y la categoría y status de sus obras.
En el oeste de la ciudad existió un barrio de zapotecos conocido como el Barrio de Oaxaca, y en el este el Barrio de los Mercaderes, que contenía evidencias de relaciones con grupos de Veracruz y del norte del área maya, los cuales debieron ocupar también niveles intermedios de la sociedad teotihuacana.
El medio de comunicación básico por medio del cual los teotihuacanos expresaron su ideología fue el arte mural, del que se conocen hasta ahora 350 ejemplos. Estos murales contienen temas litúrgicos dedicados al dios de la Lluvia, que suele estar ligado con serpientes emplumadas, peces, flores, estrellas y guerreros. Es el caso del Mural de Tepantitla y el Mural del Maguey. Otro conjunto temático corresponde a las mariposas, a menudo encontrado sobre los quemadores de incienso utilizados en rituales funerarios. Búhos, dardos y escudos forman un tercer complejo y están emparentados con la guerra, tal como se indica en el Palacio de Quetzalpapalotl. Un cuarto complejo de pinturas se centra sobre la representación de un culto y sus asistentes como en el Mural de la Agricultura; en él aparece la cremación de un muerto, un sistema funerario de amplio uso en la ciudad. El último conjunto se asocia con el agua subterránea, el inframundo y el fuego, con jaguares, símbolos de inframundo y trompetas de concha, que documentan la ideología teotihuacana en relación con el inframundo. También las figurillas de arcilla manifiestan la existencia de dioses básicos en el centro de México, como Xipe Totec, el dios de la lluvia (Tlaloc), la serpiente emplumada (Quetzalcoatl) y el dios del fuego (Xiuhtecuhtli).
La fase Metepec (650-750 d.C.) fue un tiempo de cambio e intranquilidad política, en que la población de la cuenca de México ya no se concentra de manera total en Teotihuacan, sino que surgen nuevos asentamientos que se estratifican desde poblados a pequeños centros como Azcapotzalco, evidenciando una paulatina descentralización del estado. Este acontecimiento es también un fenómeno interno, a juzgar por las figurillas hechas a molde que representan divinidades o guerreros indicativos de que el ritual ya no se llevó a cabo de manera exclusiva en los templos, sino que se desintegró en los conjuntos multifamiliares.
Al mismo tiempo se denota un poder económico más disminuido y la pérdida de contactos entre Teotihuacan y muchos centros de Mesoamérica. Coincide esta situación con profundos cambios políticos y económicos en esta Área Cultural, con centros muy expansionistas y agresivos como los de las tierras bajas mayas o, más tarde, Xochicalco, Cacaxtla y otros. La decadencia de la ciudad no fue abrupta, sino lenta, y culminó con la destrucción por medio del fuego de sus templos y edificos públicos más relevantes a lo largo de la Calzada de los Muertos y de la Ciudadela, hecho que coincidió con el abandono de la ciudad, que pasó a tener unos 25.000 habitantes.

EL CLASICO TARDIO:TOTONAS Y XOCHICALCOS.


EL TAJÍN.
La cultura del Tajin o totonaca se desarrollo en zona centro del actual estado de Veracruz. Los totonacas trabajaban finamente unas piezas de obsidiana, los totonacas adoraban como deidad principal a Quetzalcóatl; sin embargo la pirámide del tajin se destino al dios de la lluvia y del trueno.
Practicaban el juego del valor de índole ritual respecto al sol, en cuyo honor hacían sacrificios humanos.
La ciudad de Tajín fue la capital del estado Totonaca. Tajín significa Ciudad o Lugar del trueno en el Lenguaje Totonaca. Se piensa que Tajín también fue el nombre de algún dios totonaca.
El Tajín es una zona arqueológica precolombina cerca de la ciudad de Papantla. La ciudad de Tajín fue la capital del estado Totonaca. Tajín significa Ciudad o Lugar del trueno en el Lenguaje Totonaca. Se piensa que Tajín también fue el nombre de algún dios totonaca.
La zona arqueológica constituye uno de los centros políticos y religiosos más importantes del mundo prehispánico, entre sus principales atributos está su ubicación estratégica que hizo que fuera una de las rutas más importantes de comercio entre el Golfo de México y la región central del país.
El Tajín es también una síntesis armoniosa entre el espacio y la arquitectura. Su carácter multifacético tiene una buena expresión en su patrón urbano, conjugando al mismo tiempo diferentes monumentos y manteniendo espacios que reflejan la cosmogonía de los habitantes de esta gran cultura.
Situado al norte del estado de Veracruz, El Tajin se encontraba en su apogeo en los tempranos siglos IX al XIII. Se convirtió en el más importante centro en el noreste de Mesoamérica tras la caída del Imperio de Teotihuacán. Su influencia cultural se extendió a lo largo de todo el Golfo y penetró en la región maya y en las mesetas centrales de México. Su arquitectura, única en Mesoamérica, se caracteriza por la elaboración de relieves tallados en columnas y friso. La Pirámide de los Nichos, una obra maestra de la antigua arquitectura de América y de México, revela el significado simbólico y astronómico de los edificios, es el símbolo principal pues alberga 365 nichos de acuerdo al año solar.
El Tajín ha sobrevivido como un destacado ejemplo de la grandeza y la importancia de las culturas prehispánicas de México.
Constituido por una serie de plazas públicas y pirámides ricamente ornamentadas, resultado de varios años de crecimiento y modificaciones del espacio abierto. La pirámide de los Nichos es una expresión Excepcional de la arquitectura, mismo modelo que también se emplea en otras estructuras de menor tamaño, ofreciendo en su conjunto un panorama conmovedor.
El Tajín fue la ciudad mesoamericana más importante del Golfo de México, pues controlaba los intercambios comerciales, políticos y religiosos de la región. Aparentemente construida y habitada por los totonacos, la urbe fue misteriosamente abandonada en el año 1150 d.C., después de casi trescientos años de esplendor. Lo que hoy puede visitarse es tan sólo el núcleo de la antigua ciudad, con una extensión de más de diez kilómetros cuadrados.
Se cree que El Tajín significa, en lengua totonaca, la ciudad del dios del trueno, huracán o rayo. Los totonacos rendían culto a Quetzalcóatl-Sol, la serpiente emplumada, que presidía la mayoría de sus creencias religiosas, y a la que descubrirás pintada y esculpida en algunos edificios, como por ejemplo, en los frisos de los juegos de pelota, de los cuales se han encontrado quince hasta el día de hoy.
El edificio más famoso de El Tajín es, sin duda, la Pirámide de los Nichos. Su estructura de siete cuerpos con cornisas voladas y frisos de nichos la hacen una construcción llena de energía. Este edificio tiene una evidente relación con los 365 días del calendario solar, pues está compuesto por 364 nichos, más el que se supone coronaba el templo que se asentaba en la parte superior.
Xochicalco.
La cultura de Xochicalco se desarrollo en territorio del actual Estado de Morelos, al sur de Cuernavaca. Según los estudios arqueológicos se puede considerar como una continuación de la cultura de Teotihuacán. El principal monumento, que ha dado mucha fama a Xochicalco, es una pirámide construida en la cima de un cerro, formada por un alto latitud, rematado por cornisa y friso que sirve de base a un segundo piso en donde se encuentran restos de un templo. La construcción tiene en sus fachadas hermosos relieves de serpientes emplumadas con bajorrelieves de guerreros y sacerdotes. Tiene un juego de pelota semejante al de la zona maya del antiguo imperio.los habitantes de Xochicalco tenían como principal deidad a Quetzalcóatl, dios del viento y de la lluvia, constantemente representado en su figura de serpiente emplumada. Auténtica acrópolis mesoamericana, Xochicalco, cuyo nombre en náhuatl significa "el lugar de la casa de las flores" es una importante zona arqueológica localizada en el estado de Morelos aproximadamente a 38 km de la ciudad de Cuernavaca.
Xochicalco tuvo su origen aproximadamente en el 300 d.C. situándose sobre unas colinas a 100 metros de altura sobre las sabanas circundantes, colinas que por medio de muros de contención y la construcción de terrazas y taludes, permitió la creación de un centro de mando e intercambio comercial que con el paso de los siglos se convirtió en la principal ciudad de Mesoamérica tras las caída de Teotihuacán. Fue en ese entonces entre los años 600 y 900 de nuestra era, que Xochicalco sirvió de refugio a importantes grupos de inmigrantes provenientes de todos los rincones del México Antiguo, inmigrantes que intercambiaron en esta ciudad productos, tradiciones y ritos, entre los que destaca l advocación a Quetzalcóatl, el dios civilizador, bajo cuyos sacerdotes, Xochicalco se convirtió en un floreciente centro cultural y artístico.

EL PRECLASICO DE LOS MAYA, OAXACA Y OCCIDENTE
El Periodo Preclásico abarca aproximadamente desde los años 2500 a. C., fecha probable de la elaboración de la primera cerámica mesoamericana; hasta el 200 d. C., en que se consuma la caída de Cuicuilco y tiene lugar el florecimiento de Teotihuacán. A lo largo de este periodo se da un proceso de evolución de las sociedades agrícolas igualitarias hacia unas más estratificadas que concluirán con la formación del Estado teotihuacano.
La etapa temprana del Preclásico abarca los mil 300 años que van de 2500 a. C. al 1200 a. C. Para esta época, las sociedades mesoamericanas habían llegado a ser plenamente sedentarias, aunque como ocurriría a lo largo de la historia de la región, requerían complementar sus actividades económicas con pesca, caza, y recolección.
A lo largo del Preclásico Temprano, Mesoamérica se encontraba inmersa en un proceso de diversificación cultural. En las diversas regiones que componen el área surgieron diferentes tradiciones culturales.
La diversidad ecológica fue un factor dominante en la especialización de las actividades económicas, ningún grupo podía producir todos los insumos para su subsistencia. Por ello se formaron redes de intercambio comercial, incipientes en este periodo, y relacionadas con las preexistentes en el Cenolítico Superior, que permitieron a las sociedades involucradas en ellas disponer de recursos provenientes de regiones distantes.
El comercio tomó, desde entonces, un papel central en la conformación de la civilización mesoamericana. El intercambio comercial fue el vehículo que facilitó el intercambio cultural entre los mesoamericanos.
Una de las más importantes aldeas del final del período Preclásico Temprano fue Tlatilco. Se localiza en el valle de México, cerca de la ribera de lo que fue el lago de Texcoco. Las características de su cerámica hablan de relaciones cercanas con el área olmeca.
Una de las primeras manifestaciones de arquitectura monumental en Mesoamérica es el centro ceremonial de San José Mogote. Se trata de una aldea ubicada en el valle de Etla, uno de los Valles Centrales de Oaxaca. La aldea de Mogote (cuyo nombre original es desconocido) fue la más importante de las que se establecieron en la región, y tuvo su mayor apogeo hacia el final del Preclásico Temprano. Su declinación está claramente asociada con la construcción de Monte Albán, la capital clásica de los zapotecos.
La Mixteca es una región compartida por los actuales estados de Oaxaca, Puebla y Guerrero. Se trata de una zona que presenta evidencias de una ocupación antiquísima. Durante el periodo Preclásico Temprano, el sitio principal de la región fue Yucuita (del mixteco yuku=cerro, e ita=flor, de donde su nombre significa Cerro de las flores), una aldea de unos pocos cientos de habitantes, fundada hacia el año 1400 a. C. La aldea contaba con una plataforma central de piedra, en torno a la cual fueron construidas las chozas de sus habitantes. Más tardío fue Monte Negro, contemporáneo de la Fase Monte Albán I, y una de las mayores aldeas protourbanas en la región de la Mixteca Alta.
La segunda parte del período que ahora nos ocupa es denominada Preclásico Medio, y comprende los siglos que van de 1200-400 a. C. Se trata de una época de intensos cambios tecnológicos, especialmente en los que respecta a la agricultura.
Todo lo anterior no dejó de tener ciertas repercusiones en la estructura social, es decir, en el sistema de relaciones sociales. Aparecieron nuevos grupos, como los artesanos, y los comerciantes cobraron una presencia más importante. Además, como se había señalado antes, la sociedad en su conjunto se estratificó, y la clase dirigente (compuesta por la nobleza y los sacerdotes). Durante este periodo tiene lugar el desarrollo de la cultura olmeca, que resume todos los desarrollos culturales de los mesoamericanos de aquel tiempo. De esta cultura son los primeros indicios de escritura y del uso de calendario. Debieron tener una estructura social muy compleja que les permitió desarrollar su escultura y arquitectura monumentales. Los principales sitios de esta cultura son La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, ubicados en la llanura costera del Golfo de México. Estos sitios corresponden a la llamada área nuclear olmeca.
Sin embargo, se han encontrado objetos relacionados con esta cultura en diversos sitios de Masoamérica, sin que se hayan clarificado hasta el momento las razones de estos hallazgos en lugares tan lejanos como Tibias (Costa Rica) y Tantoc (San Luis Potosí). Los hallazgos de objetos olmecas fuera del área nuclear son particularmente numerosos en las regiones del Centro y Guerrero. En la primera, son emblemáticos sitios como Tlatilco (estado de México), Chalcatzingo (Morelos) y Las Bocas (Puebla). Éste último es conocido porque durante la década de los setenta aparecieron en el mercado de arte precolombino numerosas figurillas que supuestamente provenían del lugar, mismas que, después se supo, realmente tenían un origen incierto. Sin embargo, excavaciones realizadas en la década de 1990 revelaron la verdadera importancia de Las Bocas como una de las pocas aldeas de que se conserven restos en la actualidad.
Más problemática es la relación entre los olmecas y la región de Guerrero. Aquí se han encontrado por lo menos dos asentamientos que muestran indicios de ocupación humana —como Teopantecuanitlán y Oxtotitlán y otros varios donde aparecen muestras de la presencia olmeca, que podrían remitir a que sitios como las Grutas de Juxtlahuaca hayan tenido una importancia ceremonial para los portadores de la cultura olmeca. Por otra parte, se presume que las relaciones de estos grupos con las áreas oaxaqueñas y maya contribuyeron con el desarrollo cultural en esas regiones de las culturas zapotecas y maya.
La Tradición del Istmo habría penetrado desde el territorio Guatemalateco a la costa del Golfo, donde, en la confluencia de las culturas zapoteca, mixe-zoque y protomaya, habría florecido. Durante el período Preclásico Medio, la Gran Tradición del Istmo se extendió por la costa del Pacífico desde Tehuantepec hasta El Salvador. La cerámica de La Blanca en Guatemala es con mucho la más fina del Preclásico temprano y antecede por unos 600 años a la Olmeca más temprana.
Al inicio del Preclásico Medio, tuvo lugar en el Occidente de México la aparición de una tradición cerámica a la que Isabel Kelly dio el nombre de cultura Capacha. Se han encontrado restos de ella en Colima, Jalisco y Sinaloa. Los objetos más característicos de esta tradición son los tecomates decorados con incisión, y las vasijas con cintura, en ocasiones tan estrecha, que parecen dos vasijas, una colocada sobre la otra. Cuando la cultura Capacha tuvo su auge, el Occidente no formaba una unidad cultural bien definida, como sí ocurría con los pueblos de otras áreas, que se hallaban plenamente integrados entre sí y al sistema mesoamericano.
La declinación de la cultura olmeca dio origen al periodo Preclásico Tardío (400 a. C.-150 d. C.). Se trata de una época de diversificación cultural y asimilación de los elementos olmecas en los sistemas culturales de cada pueblo. Con esa base dieron comienzo varias de las tradiciones más importantes de Mesoamérica. Sin embargo, Cuicuilco, en el sur del valle de México, y la Chupícuaro, en Michoacán, serían las más importantes. La primera llegó a convertirse en la mayor ciudad de Mesoamérica y principal centro ceremonial del Valle de México; y mantenía relaciones con Chupícuaro. La declinación de Cuicuilco es paralela a la emergencia de Teotihuacan, y se consuma con la erupción del volcán Xitle (circa 150 d. C.), que motivó la migración de sus pobladores al norte del valle de México. La cultura Chupícuaro es conocida sobre todo por su producción alfarera, cuyas huellas se han detectado por una amplia zona ubicada entre el Bajío y la cuenca lacustre.
Hacia el final del Preclásico había comenzado la planificación de las ciudades que llegarían a ser embemáticas de Mesoamérica, como Monte Albán y Teotihuacan.

LOS OLMECAS

La gran cultura Olmeca fue la primera en formarse en territorio mesoamericano, se ubicó en la región costera del golfo de México, aproximadamente en el 1800 cuando nace la que hoy es considerada como la "Cultura Madre" del México antiguo, cuyos orígenes y aspectos peculiares constituyen hoy en día un enigma. El término náhuatl "olmeca" significa "habitantes de olman" es decir "habitantes del país del hule", aún no se sabe cómo se llamaban ellos mismos. Según los testimonios arqueológicos permite suponer que la cultura olmeca sentó los cimientos de las grandes civilizaciones que se sucedieron en Mesoamérica hasta la época de la conquista, como los zapotecas, los mayas y aztecas.
Durante los últimos siglos de segundo milenio a.C. los fértiles territorios que correspondían a los actuales estados de Veracruz y Tabasco estaban habitados por una densa población que vivía agrupada en numerosos poblados agrícolas. A partir del 1200 a.C. aproximadamente empezaron a verificarse una serie de transformaciones que pueden considerarse el embrión de una auténtica civilización, que duraría unos 800 años
En el centro de muchos poblados se erigieron algunas plataformas en tierra de estructura piramidal, cuya función era la de edificios de templos, lo cual constituye las primeras obras arquitectónicas Mesoamérica. A estos conjuntos de plataformas escalonadas se les ha llamado "centros ceremoniales". Los más importantes centros ceremoniales descubiertos son San Lorenzo, la venta, tres Zapotes y laguna de cerros en México. Se cree que San Lorenzo fue el primero florecer alrededor del 1200 a.C. y sufrió una violenta destrucción a la cual siguió el nacimiento de la venta en Tabasco (800 al 400 a.C.), este último fué el principal centro olmeca, una autentica ciudad que poseía las características que serían comunes en los centros urbanos de las ciudades posteriores. La arquitectura de la Venta consiste en plataformas de distintos tamaños, alineados de norte a sur sobre un eje, que en conjunto conforman espacios públicos; es considerada la más grande e importante del área cultural olmeca. Aquí se erigió la más antigua pirámide mesoamericana de 34 metros de altura, cuya forma cónica ha sido interpretada por algunos estudiosos como la reproducción de un volcán.
No se sabe el número de sitios olmecas que existieron pero si que fueron numerosos y que se asentaron en colinas de baja altura o planicies cerca de ríos y lagos, ya que debido a que sus construcciones fueron básicamente de tierra poco o nada queda, pues solo se erigieron algunas construcciones de piedra ya que al no haber suficientes cantidades de ese material debían de importarlo.
Esta civilización también debió ser la primera en utilizar la escultura pues además de ser expertos talladores de jade, dejaron en estos lugares monumentos monolíticos como altares y estelas decoradas en bajorrelieve y el más sorprendente hallazgo de este periodo: una serie de cabezas colosales de piedra, de varias toneladas de peso, hasta el momento se han descubierto 17 cabezas gigantes de hasta de tres metros de altura aproximadamente.
Los curiosos rasgos somáticos que caracterizaron a estos gigantescos rostros coronados por una especie de casco, con ojos almendrados, labios hinchados replegados hacia abajo y gran nariz achatada, similares a los pueblos negroides, han llevado a plantear muchos interrogantes a los arqueólogos sobre el origen étnico que aún siguen sin respuesta. Se han encontrado también de dimensiones más pequeñas diversos recipientes cerámicos, figurillas de terracota de rostros infantiles llamados "Baby Face", pero sobre todo elegantes joyas y figurillas humanas y zoomorfas de jade tallado, serpentina y obsidiana. Que no sólo se han encontrado en nuestras regiones sino también en Belice Guatemala y Honduras, lo que constituye una vasta expansión cultural y comercial olmeca que iniciará en 900 a.C.
Se cree que durante el segundo milenio a.C. surgió y se afirmó una "élite" gobernante, una casta de dirigentes sacerdotes que, por primera vez en la historia de Mesoamérica se expresaron a través de monumentos duraderos y las prerrogativas políticas y religiosas que asumían. Esto queda evidenciado en los ajuares funerarios: probablemente los gobernantes-sacerdotes querían aparecer a los ojos del pueblo como encarnaciones terrenales de las divinidades y los habitantes debían entregar parte de su cosecha y ofrendas a sus soberanos.
Los olmecas practicaban el culto chamánico, aparece el concepto de "nahualismo", según el cual a través de ritos particulares, el brujo-chamán podría transformarse en animal, en particular en jaguar, mediante el uso de drogas alucinantes-hongos y tabaco- y estos acompañados por sacrificios humanos y auto sacrificios.
Los olmecas adquirieron también conocimientos astronómicos, estudios de planetas y ciclos del calendario, entre otras contribuciones el ritual del juego de pelota, se creé también que la escritura, la más antigua descripción de tres Zapotes, Veracruz, gravada en una estela, refleja una fecha correspondiente al 31 a.C.. El problema del uso de la escritura sigue siendo aún hoy controvertido, algunos atribuyen la invención a los zapotecas y es posible que se adoptara una forma de escritura mediante glifos en la época olmeca tardía. Un ejemplo es la inscripción aún no descifrada que se encuentra en la estatuilla de los Tuxtlas y otro un tanto controvertido en la estela de Mojarra. Se supone que los olmecas hablaban una lengua raíz mixe-zoque.
La economía de los olmecas estaba basada en la agricultura, el principal cultivo fué el maíz, además del frijol, calabaza, cacao, etc. Además que que estos formaban parte de su dieta y se incluían la carne de pescado, tortugas, venados y perros domesticados.
La cultura olmeca se extinguió, superada o sorbida por otros pueblos, como los zapotecas en Oaxaca y la naciente civilización maya.

MAYAS, CHONTALE Y ZAPOTECAS

La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de América Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.
Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generan hoy cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a la creencia popular, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.
Alimentación

El maíz fue la base de la alimentación de los mayas.
La base de su alimentación fue el maíz (en maya ixim) que les sirvió para hacer bebidas (como el atole), usando su pasta (nixtamal, palabra azteca para una masa de maíz hecha con cal) cocinaban alimentos como los tamales y tortillas. En cuanto a los tamales, están compuestos por una pasta de maíz que contiene una mezcla de carne, vegetales o ambos. Todo lo anterior se envuelve dentro de hojas de maíz u otra planta. Entre las técnicas gastronómicas para cocinar los alimentos predominó el pibil, que es el horneado bajo tierra.
Otros alimentos importantes fueron los derivados del cacao: de su semilla se obtiene una pasta para elaborar una bebida (chocolate o xocolatl en náhuatl) preparada con agua, pues no había ganado que pudieran dar leche. No acostumbraban beber agua sola, el agua se mezclaba con derivados del maíz, frutas y otros ingredientes.
El balché (bebida alcohólica fermentada) usado en las ceremonias se elaboraba con la corteza del árbol balché (Lonchocarpus violaceus), agua y miel. El sakab, que era también ceremonial, se elaboraba con maíz y se endulzaba con miel. De las variantes y diversas formas de preparación de las bebidas del maíz encontramos el origen del pozole, el atole y el pinole. Todas esas bebidas se tomaban en jícaras y se transportaban en guajes o calabazos (en maya chú).
Otros productos muy consumidos eran: la chaya (planta similar a la ortiga que es muy rica en vitaminas), el chicle (que se extraía del chicozapote) y la sal (que extraían del mar rudimentariamente), la calabaza (de la cual se consumían sus frutos, sus semillas ("pepitas") y su flor), el chile habanero y el frijol. La miel de abeja melipona y una extensa lista de frutas complementaban su dieta.
Por otro lado, dentro de la fauna, el pueblo maya conoció el venado, el pecarí o puerco salvaje, el tepezcuintle, el armadillo, el manatí, el conejo, el malixpec (xoloitzcuintle entre los aztecas), el tapir, el jabalí, el mono, la tuza, la tuza real, el cereque, el faisán, las palomas, el pavo de monte, el guajolote o pavo doméstico, la perdiz, la codorniz, la chachalaca, la gallinola, la gallina de monte, la iguana, el pez normal o salado, el ostión y otras aves y mamíferos que les proporcionaron su carne tanto para alimento, como para sacrificio u ofrenda ritual.
Aldeas "vivienda"
Existían casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o jóvenes de la familia o fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había edificios multifamiliares habitados por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social (ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los materiales de las casas varían de muros y techos de madera y palma a materiales resistentes como piedra y estuco. También la vivienda podía estar formada por tres estructuras principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén).
Dormían sobre unas plataformas bajas adosadas a los muros donde colocaban colchones rellenos de algodón (las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento de los indígenas caribes de Haití llegado a Yucatán con el arribo de los españoles). También se dormía sobre tapetes en el suelo.
Este tipo de habitaciones tenía poca ventilación y luz porque carecían de ventanas. Las habitaciones fueron usadas para dormir y guardar pertenencias; sus ocupantes trabajaban en las afueras y poseían huertos para consumo familiar.
Es necesario considerar y advertir que la gente común vivía en las denominadas palapas alrededor de las ciudades, los materiales que usaban eran renovables como la palma chite el guano (para los techos); la madera, los bajareques, el estuco (para las paredes). En el centro de la ciudad habitaban los sacerdotes y la nobleza en los castillos, pirámides y templos ceremoniales.

Vestimenta
Gran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado atíp. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de cuero y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaba la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un besote.
Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade es muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.
Podemos imaginar, por las pinturas de Bonampak, la riqueza y suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias y también en las batallas, en donde los guerreros añadían al vestuario sus armas, escudos y cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente adornados.
Para teñir sus artículos indumentarios utilizaron diversos colorantes. Los más importantes fueron:
De origen mineral
• Atapulgita
De origen vegetal
• Añil (Indigofera sufruticosa) e (Indigrofera guatemalensis) de éstos dos se piensa que los mayas sacaron el azul maya (su color especial).
Organización política (gobierno)
En el período Clásico (290 al 909 dC), los gobernantes supremos recibían el título de K’inich (Rostro solar), Ahaw Te‘ (señor Árbol), Ch’ul Ahaw (Señor Sagrado) o Bakab (Sostenedor del Mundo). Otros nobles emparentados con él se llamaban Ahaw (Señor).
También había gobernantes de centros o ciudades secundarios, quienes eran llamados Sahl (Sahalo’ob en plural) y le rendían fidelidad al Ahaw Te‘.
Durante el clásico terminal (800 al 1000 d. C.) y posclásico temprano (909 al 1451 dC) hubo otra forma de gobierno en la península de Yucatán: el Multepal o gobierno confederado, cuyas ciudades hegemónicas fueron primero Chichén Itzá y después Mayapán. En el Multepal no hubo un solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se consideraban “hermanos”. Cada uno de los integrantes del consejo de gobierno (Multepal) recibía el título de Ah Tepal.


División de cacicazgos mayas en el S.XVI según Ralph Roys
Después de la destrucción de Mayapán (1451) la península de Yucatán se fragmentó en 16 ó 17 provincias independientes llamadas Kuchkabal. Cada Kuchkabal tenía su capital, donde residía el Halach Wíinik ó Halach Uinik (Hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada Kuchkabal se dividía en Batabilo ‘ob (Batabil en singular) que estaban regidas por funcionarios de alto rango. Llamados Batabo ‘ob (Batab en singular). Los Batab le rendían fidelidad al Halach Wíinik y a veces eran sus familiares. A su vez, Batabil estaba dividido en varias Kuchkteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el Batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos de cada Batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k’ ulo ‘ub (ah k’ ul en singular) y los representantes nombrados por el Batab: ah kuch cabo ‘ob (ah kuch kob en singular). Los kuchtabal de Hocaba y Calotmul no tenían Batabes, sino que el segundo nivel de gobierno era ejercido por los Holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ‘ob.
El Halach Uinik era el sumo sacerdote de cada kuchkabal. Le seguía en categoría el Ahaw Kan May o Ah K’in May. Los sacerdotes regulares se llamaban: ah k’in, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chako’ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban Nakom, aunque el Batab también tenía alto rango militar.
En las tierras altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los Ah Pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionarios llamados Ago, aunque dos de ellos detentaban el poder verdadero: el Ahpotsots’il y el Ahpoxahil.
Organización religiosa (personajes de la estructura religiosa)
• Halach Uinik, sacerdote y gobernador del Kuchkabal (provincia).
• Ah K’in May o Ahau Kan Mai: sumo sacerdote.
• Ah K’in: sacerdote regular. Ah prefijo de procedencia, Kin significa Sol, es decir "el que proviene del Sol"
• Ah Nacom: sacrificadores.
• Chilam: profeta.
• Chá ako’ob: ayudantes.
Chontales.
Las tierras del Pacífico de Nicaragua, tenían todas las riquezas anheladas por los conquistadores españoles, excepto el codiciado oro, que se conseguía como trueque o botín de guerra contra los vecinos chontales, un pueblo que había sido desalojado de la región hacia las serranías menos fértiles del centro del país por grupos que vinieron del norte.
Los chontales, que en idioma náhuatl chontalli significa "extranjeros o bárbaros"; no eran los habitantes originarios de la región, sino un pueblo extranjero que migró a estas tierras en el 1300. Antes de esta fecha, Chontales se consideraba como una región periférica a la Gran Nicoya, donde tenían relaciones comerciales e intercambio de cerámica; estos eran los llamados nahoas o aztecarios, tribus mexicanas que emigraron del norte de Centroamérica; y que nos heredaron sus dioses, economía y alimentación a base de maíz. Son los habitantes de la Gran Nicoya y los españoles que en los años 1300 - 1500 denominan con el nombre despectivo de chontales a esa migración del 1300 que traían una cultura rustica, inferior a la de las tribus mexicanas y la Gran Nicoya. Posiblemente este grupo era de mexicanos de cultura Maya Tabasqueña o de Oaxaca. Las naciones mexicanas y españoles consideraban a los chontales como bárbaros o forasteros, no obstante ser ellos usurpadores de la tierra.
Los chorotegas expulsan a los chontales del Pacífico.
Los chorotegas o mangues, originarios de Cholula en México, fueron desalojados del centro de este país hacia las sierras de Chiapas, donde también fueron sojuzgados, optando por continuar su éxodo hasta ubicarse en los territorios comprendidos entre los golfos de Fonseca (Norte de Nicaragua) y Nicoya (Sur de Costa Rica), en el año 800. Al ocupar las planicies junto a los lagos de Nicaragua, los chorotegas expulsaron a su vez a otras tribus previamente asentadas en el lugar llamadas chontales, que fueron empujadas hacia las mesetas centrales del actual país, y a los corobicíes, que encontraron refugio en la cordillera volcánica de Guanacaste.
La Región Chontal.
En la serranía al norte de los lagos y volcanes, y hacia la península de Cosigüina, vivían los temidos chontales, a quienes los chorotegas y nicaraos calificaron de gente ruda y de idioma entrecortado (popoluca), y con los cuales sostuvieron continuas guerras. Poblaciones remanentes eran los guaxenicos (en la zona de El Sauce, Achuapa y Limay), los olomegas y olocotones (al norte de la cordillera de los Maribios) y los tacachos de Yacacoyagua, vecinos de Subtiava.
Incursiones de los chontales contra poblados españoles.
Los asaltos a las minas de Olancho y Segovia en 1527 por los chontales y xicaques dieron a los españoles una idea del carácter indómito de estas naciones, cuyo sometimiento se inició a finales del siglo XVI. Estas incursiones eran en desquite por los abusos que los españoles cometían contra los indígenas de estas tribus.
La Ruta del Oro de Montezuma.
Llama la atención la presencia de varios lugares con nombres náhuatl en el interior del territorio Chontal, posiblemente este relacionado con la ruta de los mercaderes aztecas —los pochtecas—, que pasaban por los valles de Olancho, Segovia, el actual territorio de Chontales y por el Río San Juan en busca de oro hacia las regiones de Talamanca y Veragua, situadas hacia el sur. Estos nombres que queda cerca de El Coral, son Quimichapa, Tepenaguasapa; Ayostepe una pequeña colina cerca de El Rama.
El emperador Montezuma, en el año 1518, mandó a sus capitanes a conquistar Nicaragua, pero a diferencia de los españoles, no sojuzgaban a los pueblos, ni imponían cambios drásticos en la cultura y religión; se limitaban a la exigencia del pago periódico de los tributos.
No hay conclusiones evidentes que demuestren el posible contacto entre las tribus de la Región del Pacífico y la de la Costa Caribe de Nicaragua; en medio de los cuales estaban los aguerridos chontales así como las selvas impenetrables.

Zapotecas.
La cultura zapoteca es la expresión precolombina del pueblo zapoteco, que históricamente ha ocupado el sur de Oaxaca y en el istmo de Tehuantepec (México). En la actualidad la familia de sus lenguas consiste en más de 15 idiomas que están en peligro de desuso. En la época precolombina, los zapotecas fueron una de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica.
El origen del nombre zapoteca se debe a que los aztecas así los nombraron y cuyo significado de dicho nombre es "gente de la nube". Poco se sabe sobre el origen de los zapotecas. A diferencia de la mayoría de los indígenas de Mesoamérica, no tenían ninguna tradición o leyenda sobre su migración, sino que ellos creían que nacieron directamente de las nubes, tal y como si fueran hijos legítimos de los dioses.De ahí el nombre que ellos mismos se atribuían: be´n zaa (gente nube).
Evidencia arqueológica indica que su cultura data desde hace 2500 años atrás. Aproximadamente entre los siglos XV y IV a.C., tuvo lugar el primer desarrollo urbano importante de la cultura zapoteca, con centro en San José Mogote. Hacia el año 800 a.C., durante el horizonte Preclásico, los zapotecos se establecieron en los valles centrales del actual estado de Oaxaca. Así, mientras Teotihuacan florecía en el centro de México y las ciudades mayas en el sureste, Monte Albán, centro ceremonial construido en lo alto de un cerro, era la ciudad más importante de la región oaxaqueña.
Los primeros zapotecas eran sedentarios, vivían en asentamientos agrícolas, adoraban un panteón de dioses encabezados por el dios de la lluvia, Cocijo -representado por un símbolo de la fertilidad que combinaba los símbolos de la tierra-jaguar y del cielo-serpiente, símbolos comunes en las culturas mesoamericanas. Una jerarquía de sacerdotes regulaba los ritos religiosos, que a veces incluyeron sacrificios humanos. Los zapotecas adoraban a sus antepasados y, creyendo en un mundo paradisíaco, desarrollaron el culto a los muertos. Ellos tenían un gran centro religioso en Mitla y una magnífica ciudad en Monte Albán, donde prosperó una civilización altamente desarrollada, posiblemente hace más de 2000 años. En el arte, la arquitectura, la escritura (jeroglíficos), las matemáticas, y la astrología (calendarios), los zapotecas parecen haber tenido afinidades culturales con los olmecas, los antiguos mayas, y más adelante con los Toltecas.
Ellos dejaron evidencias arqueológicas en la antigua ciudad de Monte Albán; en forma de edificios, estadios para el juego de pelota, de tumbas magníficas y de valiosas mercancías, incluyendo la orfebrería. Monte Albán era la ciudad principal del hemisferio occidental y el centro de un estado zapoteca que dominó una gran parte de lo que ahora conocemos como el estado actual de Oaxaca.
Los zapotecas desarrollaron una agricultura muy variada. Ellos cultivaron varias especies de chile, frijoles, calabaza, cacao y, el más importante de todos: el maíz que a principios del periodo clásico daba sustento a numerosas aldeas. Para tener buenas cosechas rendían culto al sol, la lluvia, la tierra y el maíz.
Las mujeres y hombres del pueblo, que vivían en las aldeas, estaban obligados a entregar como tributo: maíz, guajolotes, miel y frijol. Además de agricultores los zapotecos destacaron como tejedores y alfareros. Son famosas las urnas funerarias zapotecas que eran vasijas de barro que se colocaban en las tumbas. Los zapotecos alcanzaron un elevado nivel cultural y fueron, junto con los mayas, el único pueblo de la época que desarrolló un sistema completo de escritura. Por medio de jeroglíficos y otros símbolos grabados en piedra o pintados en los edificios y tumbas, combinan la representación de ideas y sonidos.
Las grandes ciudades que construyeron los pueblos agrícolas de Mesoamérica, crecieron y estuvieron habitadas durante varios siglos. Sin embargo, entre los años 700 y 800 d.C., casi todas ellas fueron abandonadas. Primero en Teotihuacan, después en la zona maya y luego en Monte Albán. A pesar de eso, florecieron nuevos centros ceremoniales como Cacaxtla y El Tajín. Durante este periodo también subsistieron señoríos avanzados en el Altiplano, como los de Cholula y Xochicalco; y en los estados de Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro, se desarrollaron las culturas de Occidente.La mayor parte del tiempo, se dedicaban a la agricultura, que en ese tiempo era su única actividad.
Decadencia.
Monte Albán dominó los valles hasta fines del periodo Clásico y, al igual que otras ciudades mesoamericanas, entre los años 700 y 1200 d.C. terminó su esplendor; pese a ello, la cultura zapoteca continuó en los valles de Oaxaca, Tabasco y Veracruz.
Viniendo del norte, los mixtecas sustituyeron a los zapotecas en Monte Albán y posteriormente en Mitla; los zapotecas capturaron Tehuantepec de los zoques y los huaves del Golfo de Tehuantepec. Para la mitad de siglo XV, los zapotecas y mixtecas lucharon para evitar que los aztecas ganaran el control de las rutas comerciales hacia Chiapas, Veracruz y Guatemala. Bajo el mando de su gran rey, Cosijoeza, los zapotecas soportaron un largo sitio en la montaña rocosa de Guiengola, manteniendo la vista sobre Tehuantepec, y manteniendo con éxito la autonomía política mediante una alianza con los aztecas hasta la llegada de los españoles.
Religión.
Eran politeístas, eso quiere decir que tenían varios dioses. Su dios principal se llamaba Xipe Totec y este se le conocía por tres nombres:
• Totec: es el dios mayor, el que los regía.
• Xipe: es el dios creador, aquel que hizo todo como es ahora.
• Tlatlauhaqui: es el dios astro, el Sol.
Otros de los dioses eran:
• Cosijo: lluvia.
• Pitacosobi: maíz tierno.
• Copichja: sol.
• Quetzalcoatl: viento.
• Xochipilli: príncipe de la agricultura.
• Xipe-Totec: nuestro señor desollado.
También tenían ciertas supersticiones, como el "Nahualismo". Esta consistía en que cada vez que una madre esperaba una cría, el día del nacimiento se ponían cenizas en la choza donde vivía el recién nacido y al siguiente día la huella del animal que se formara sería el "tótem" del niño: aquel animal que lo representa y le da su personalidad.
Otra creencia llamada "Tona" consistía en que los magos oscuros aprovechaban su "tótem" y se convertían en animales para hacer maldades en la noche.
Calendarios.
1. Solar: tenía 365 días agrupados en 18 meses. Utilizado para las cosechas, estaba organizado en 18 meses de 20 días cada uno, contaba al final con un periodo de cinco días.
2. Peje: tenía 260 días repartidos en 13 meses. Utilizado para ponerle nombre a los recién nacidos, estaba dividido en cuatro cocijos o pitaos, estos divididos a su vez en cinco partes de 13 días.
El registro y medición del tiempo y la observación de los ciclos astronómicos, fueron realizados por los zapotecas desde épocas tempranas.
Cultura.
Monte Albán es un conjunto arquitectónico sagrado que se suma a las costumbres religiosas de los pueblos mesoamericanos. Fue construida con varias plataformas escalonadas como pirámides de diferentes alturas. Dentro de la misma se llevaban a cabo juegos de pelota.
La diferencia de otros complejos es la inclusión de edificios dedicados, probablemente, al culto funerario.
También figuran relieves labrados en losas de piedra representando individuos con deformidades en el cuerpo, conocidos como los danzantes.
Los códices mixteco-zapotecas permiten conocer la vida y costumbres de la región. Estos documentos fueron escritos en jeroglíficos y sobre piel de venado y fueron pintados con gran colorido.

TEOTIHUACAN Y LOS MAYAS CLASICOS

La civilización maya habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur-sureste de México, específicamente en los cinco estados de Campeche, Chiapas (lugar donde se ubica la ciudad principal), Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en los territorios de Améric Central de los actuales Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador, con una historia de aproximadamente 3.000 años.
También llamado Periodo Teocrático, abarca desde los años 320 a 987 d. C. aproximadamente. Recibe este nombre porque en un principio se creyó que fue el grupo sacerdotal el que detentó el poder político y que toda la vida económica, social y cultural se desarrolló en torno a la religión.
Los grupos sacerdotales, tuvieron gran importancia en el gobierno de los Estados mayas del Clásico; a pesar de eso, nunca fueron dirigentes. Existía una clase noble y en todo caso, eran los guerreros quienes concentraban el poder. La imagen de los mayas como una sociedad gobernada por sacerdotes fue derribada cuando se descubrió que las ciudades estaban en permanente guerra unas con otras.
Se incrementó notablemente la agricultura como actividad económica básica, la cual era practicada por grandes contingentes de labradores, propiciando una compleja división del trabajo y en consecuencia una fuerte estratificación social.
Las zonas arqueológicas más conocidas de este periodo son: Tikal, Uaxactún, Piedras Negras, Cancuén, Caracol, Yaxhá, Naranjo, Xultún, Río Azul, Naachtún, Dos Pilas, Machaquilá, Aguateca, Palenque, Yaxchilán, Kankí ,Bonampak, Quiriguá , Tulum, Edzná Oxquintok, Ceibal, Xamantún, Copán, San Andrés, Yaaxcanah, Cobá, El Cedral, Ichpaatún, Kantunilkín, Kuc (Chancah), Kucican, Tazumal, Las Moras, Mario Ancona, Muyil, Oxlakmul, Oxtancah, Oxhindzonot, Pasión de Cristo, Río Indio, San Antonio III, Nohkuo Punta Pájaros, San Manuel, San Miguel, Punta Molas, Tamalcab, Templo de las Higueras, Tupack, Xlahpak, Tzibanché y Kohunlich.
Los dos principales centros de la zona del Petén son Uaxactún y Tikal Uaxactún (600 AC al 889 DC), localizado a 25 kilómetros al norte de Tikal (Guatemala), tiene el templo maya más antiguo que se conoce en la región, y es el primer lugar en donde se observó la existencia de la bóveda falsa. Tikal (800 AC-869 DC), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran influencia teotihuacana y llegó a poseer 100 mil habitantes en su momento culminante, siendo la ciudad más grande de América en el Clásico Tardío. Este centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en un lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al mar Caribe.
Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 d. C., fue el centro científico del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al punto de determinar la duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y de idear una fórmula para ajustar el calendario, más exacta que la usada en la actualidad.Durante el periodo clásico, la gasta dirigente estuvo formada por los sacerdotes. Las ciudades eran metrópolis religiosas en donde se construyeron numerosos templos, palacios y juegos de pelota; grandes piezas con lugares destinados a mercados y a las grandes ceremonias religiosas.
Toda la arquitectura era monumental, con grandes escalinatas y ornamentaciones, pinturas murales, recubrimiento de los muros con estuco y muy buenos sistemas de drenaje. Los cálculos astronómicos llegaron a su máxima exactitud; se dio una jeroglífica, aunque solo conocida por los sacerdotes, se invento la técnica de la pintura fresca.
Las dos culturas más avanzadas e importantes del Horizonte Clásico fueron la teotihuacana y la del viejo imperio maya. Fue la primera civilización de la altiplanicie mexicana, desde el sur de Sonora hasta Guatemala y hasta las costas del Golfo de México.
La gente que procedían probablemente de los grandes centros culturales del preclásico superior se establecieron en el valle teotihuacano. En esta etapa se construyeron las grandes pirámides del Sol y la Luna, así como el esplendido templo del dios del agua y de la lluvia.
Hubo una tercera época en Teotihuacán cuyo gran desarrollo se extendió sobre todo el Valle de México, hasta Centroamérica y el Occidente, cultivaron plantas alimenticias e industriales como el maíz, el frijol, la calabaza, el chile, el algodón, el maguey y otros.
Fueron los creadores de las chinampas, pequeñas islas artificiales con tierra escogida. Tejían el algodón y el ixtle inventaron una técnica para hacer pinturas de varios colores con la que decoraban las paredes de sus palacios.
Teotihuacán fue un estado teocrático, los gobernantes eran los sacerdotes, quienes constituyeron una clase superior sobre una masa formada por agricultores, artesanos y comerciantes.
La religión de los teotihuacanos estaba basada a las fuerzas de la naturaleza: la lluvia, el fuego, el viento, el sol, su dios principal fue Tlaloc, o dios de la lluvia.
Cuando se produjo la destrucción de Teotihuacán, sus habitantes emigraron para establecerse en poblaciones del Valle de México, como Azcapotzalco, Culhuacan y Chalco. Su cultura sirvió para crear las culturas de Tula y mexica.
La otra gran cultura del Horizonte Clásico fue la del maya viejo. El territorio que se desarrollo la civilización maya-quiché. No pertenece exclusivamente a México. Dos regiones pueden diferenciarse: la región sur, que comprende zonas de Tabasco, Chiapas, la República de Guatemala, el territorio ingles de Belice, el noroeste de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador.
La antigua civilización maya floreció en el sur. En Peten se encuentran las ciudades de Uaxactun, Tikal, Homul, Nakun y San Jose en Belice. En la cuenca del rio Usumacinta: palenque, Yaxchilan, y Piedras Negras.
En el sur de la cordillera: Copan, Chama y Quiruaga, en Chiapas: Bonampak, Chinkultic y Santa Elena Tenam.

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